El pastor Frank Pomeroy, que perdió a su hija Anabelle, de 14 años, en el tiroteo masivo protagonizado por un joven blanco de 26 años, dijo a los dirigentes de la Convención Bautista del Sur que la First Baptist Church de la pequeña localidad texana será derrumbada, informó el diario San Antonio Express-News.

La masacre fue perpetrada por el joven Devin Kelley, que además de matar a las 26 personas, hirió a una veintena con un fusil semiautomático que utilizó para atacar la iglesia mientras se ofrecía el servicio religioso como cada domingo.

El portavoz de la Convención Bautista del Sur, la mayor entidad baptista del mundo, Sing Oldham, explicó que Pomeroy expresó el deseo de convertir el lugar donde ahora se encuentra la iglesia en un monumento conmemorativo a las víctimas mortales y construir un nuevo templo en unos terrenos propiedad de la misma iglesia.

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El rango de edad de las personas fallecidas, que va desde los 17 meses hasta los 77 años, hace evidente que el asaltante trató de hacer el mayor daño posible sin tener piedad de ninguno de los asistentes a la misa que en esos momentos se oficiaba en el templo.

Compuesta básicamente por una oficina de correos, un centro comunitario, una tienda de abastos, un taller de reparación de coches, dos gasolineras, las casas de los vecinos y un par de iglesias, entre ellas la de la matanza, Sutherland Springs era hasta el pasado domingo una tranquila comunidad en la que nunca pasaba nada.

Con EFE

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