El columnista de DailyBeast, Scott Atran, dice que iniciativas como las que propone Donald Trump, de acabar con los musulmanes, sacar a los refugiados o cerrar las fronteras; y la de Ted Cruz, de desplegar fuerzas especiales en los barrios de musulmanes para detectar si se urde algún plan terrorista, son caldo de cultivo para que los terroristas sigan atacando.

Pero el análisis de Atran se basa más que todo en las doctrinas que el grupo Estado Islámico imparte en la versión online de su revista Dabiq, que les da a los terroristas los fundamentos de su guerra sin cuartel contra Occidente.

Incluso, las ‘enseñanzas’ de los rebeldes apuntan a acabar con las ‘zonas grises’, es decir, hacer que incluso musulmanes que no estén de acuerdo con ellos mueran mediante sus ataques, al tiempo que toman como líder y ejemplo a seguir a Osama Bin Laden.

Este es un ‘decálogo’ de 8 puntos sobre las motivaciones más escalofriantes contenidas en las publicaciones terroristas del 2004 ‘La Zona Gris’ y ‘Manejo del caos y el salvajismo’, recogidas por el autor a lo largo de la nota.

  1. Contribuir más al caos de ciertos países, como los subsaharianos y ahora, Europa.
  2. Diversificar los ataques en blancos ‘blandos’, es decir, zonas turísticas, sitios de entretenimiento, restaurants, eventos deportivos y todos aquellos sitios a donde todo el mundo va y que son difíciles de cuidar.
  3. Atomizar los recursos económicos de los infieles y reducir la fe de la gente respecto de la protección del Estado.
  4. Utilizar los ataques terroristas para ayudar a que los musulmanes se den cuenta de que los no musulmanes odian el islam y quieren lastimar a quienes lo practican.
  5. Usar redes sociales para inspirar a simpatizantes de todo el planeta.
  6. Hacer lo que esté a su alcance para comunicar el mensaje, con lo que tenga a mano, donde quiera que esté y siempre que sea posible.
  7. Es mejor un final de sufrimiento a causa del ‘status quo’ con la esperanza de algo mejor, cueste lo que cueste.
  8. Para salvar el mundo puede ser necesario destruirlo y posponer la esperanza para la siguiente vida.

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