El rey Bhumibol Adulyadej, que falleció a sus 88 años, es el monarca que más tiempo ha durado en el trono en todo el mundo, con 70 años al frente de su país. Sus despojos fueron trasladados este jueves por un ostentoso carruaje hacia el lugar en el que sus restos quedaron convertidos en cenizas, informa The Guardian.
El rey Maha Vajiralongkorn, hijo del fallecido monarca, encabezó la ceremonia, celebrada en un crematorio de 3 niveles que representa el Monte Meru, el centro del universo budista e hindú, a donde se cree que la realeza tailandesa regresa después de morir.
Varios artesanos del país pasaron 10 meses en la construcción del crematorio dorado, de 50 metros de altura, cuya estructura está adornada con imágenes mitológicas y de la vida del rey muerto, incluyendo estatuas de sus dos perros favoritos.
Los tailandeses que se desplazaron a la capital del país, todos vestidos de negro, durmieron en las calles para asegurarse la mejor vista de la procesión fúnebre, agrega CNN. Jirapa Kaewin, una mujer que viajó a Bangkok con su hija de 18 años, dijo:
“Primero pensamos que no deberíamos venir porque cerca de mi casa hay una ceremonia organizada para el rey, pero luego pensé, esto solo pasa una vez en la vida, así que tenemos que ir”.
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Con la cremación, se da por terminado el período de luto oficial en el país, durante el cual todos los trabajadores del gobierno usaron ropas negras. La reina Sofía, de España; el expresidente de Alemania Christian Wulff, y el príncipe británico Andrew, duque de York, se sumaron a la ceremonia.
Desde que el rey murió, el 13 de octubre de 2016, más de 12 millones de personas visitaron su ataúd en el Gran Palacio. Luego de la cremación, las cenizas del rey regresarán al palacio, el viernes, y serán puestas en el templo del Buda de Esmeralda, el lugar más sagrado para los budistas en Tailandia.
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