Pyongyang envió una carta por fax a la oficina de enlace surcoreana en la aldea de Panmunjom, en la militarizada frontera entre los dos países, en la que dijo aceptar la oferta de Seúl para celebrar una reunión de alto nivel la semana próxima.

“En la agenda del encuentro se va a tratar la potencial participación del Norte en los JJOO de PyeongChang, así como la mejora en términos generales de los lazos entre las dos Coreas”, explicó una portavoz del Ministerio surcoreano de Unificación.

De este modo, ambos países, que técnicamente se mantienen en guerra desde hace más de 65 años, celebrarán sus primeras conversaciones de alto nivel desde diciembre de 2015.

El escenario de la reunión del martes será la llamada Peace house (Casa de la Paz) en Panmunjom, donde en 1953 ambos pusieron fin a la Guerra de Corea con un alto el fuego que al día de hoy aún no ha sido sustituido por un tratado de paz.

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La reunión de diciembre de 2015 buscaba entonces tratar de desactivar las tiranteces militares Norte-Sur después de que dos soldados surcoreanos pisaran unas minas que, según Seúl, habían sido colocadas por operativos norcoreanos al Sur de la zona desmilitarizada (DMZ) que divide ambas porciones de la península.

El maratoniano encuentro de dos días concluyó sin acuerdo y desde entonces Pyongyang ha impulsado con creces el desarrollo de su programa armamentístico, mientras que en Seúl el liberal Moon Jae-in puso fin en mayo a casi una década de gobiernos conservadores, algo que algunos creen que puede ayudar a lograr mayor entendimiento.

Aunque las continuas pruebas de armas de Pyongyang han deparado una respuesta contundente por parte de Moon a la hora de apoyar las sanciones y la presión diplomática sobre el régimen, el presidente surcoreano ha tendido la mano al Norte desde el primer momento.

Además, ha insistido en la importancia de que ambas Coreas cooperen en los Juegos Olímpicos de Invierno que a partir del mes próximo acoge el condado surcoreano de PyeongChang.

El Norte guardó silencio al respecto hasta el pasado primero de enero, cuando el líder norcoreano Kim Jong-un agradeció la predisposición de Moon en su mensaje de Año Nuevo, y se mostró favorable a buscar un acercamiento con el Sur y a enviar una delegación a PyeongChang 2018.

Seúl propuso entonces celebrar la reunión del 9 de enero y el Norte decidió reabrir el miércoles las líneas de comunicación telemáticas en Panmunjom, las cuales llevaba 2 años sin utilizar en protesta por el cierre de un polígono industrial conjunto ordenado por el anterior Ejecutivo surcoreano.

El anuncio del encuentro bilateral de hoy llega además un día después de que Seúl y Washington anunciaran que retrasarán el inicio de sus maniobras militares anuales para que no coincidan con los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de PyeongChang, que se celebran del 9 de febrero al 18 de marzo.

Seúl ya pidió a finales de año a Washington que considerase el aplazamiento de los ejercicios, para evitar que el régimen norcoreano, que suele considerar estas maniobras como un ensayo para invadir su territorio, responda realizando una nueva prueba armamentística.

El acercamiento Seúl-Pyongyang puede contribuir a aliviar la tensión tras las continuas pruebas armamentísticas de Pyongyang y las beligerantes respuestas del presidente estadounidense, Donald Trump, que marcaron 2017.

No obstante, algunos expertos alertan sobre la posibilidad de que el régimen pueda estar desplegando el patrón ya visto en otras ocasiones y que suele arrancar con un mensaje conciliador de Año Nuevo sin que ello depare un cambio real de postura.

EFE

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