El condenado mide 1,80 metros de altura y pesaba apenas 87 kilogramos cuando se graduó del colegio, en febrero de 2016. Luego, llegó hasta los 113,6 kilogramos de peso al momento de pasar por la segunda revisión física para reclutarlo en el ejército, en julio, informa The Korea Times.

El examen indicó que el índice de masa corporal del joven en ese momento era de 36,1, lo que estaba por encima de lo que se requiere para hacer parte de las fuerzas militares (20). Por eso, fue asignado en un puesto de servicio público, donde era necesario tanto esfuerzo físico.

La policía, sin embargo, se enteró de que el aumento de peso -nada despreciable- del joven había sido a propósito, por lo que el asunto se trasladó al campo judicial.

El artículo continúa abajo

Bajo la ley de Corea del Sur, una persona que huye del servicio militar, o engaña o se hace daño para evadirlo, puede afrontar una sentencia de hasta 5 años de prisión. Por ahora no ha sido aclarada cuál será la pena que tendrá que pagar el joven.

Según El País, de España, el ejército de Corea del Sur ha sido criticado por las intimidaciones y por algunas prácticas excesivas de las que son víctimas algunos de los jóvenes reclutados por parte de militares de más alto rango.