Horas antes, ese país había quedado conmocionado por la difusión de una embarazosa conversación entre ambos dirigentes.

Miles de manifestantes protestaron durante la noche en Sao Paulo, Brasilia y otras ciudades contra la decisión de Rousseff de nombrar ministro jefe de gabinete al exsindicalista, investigado a su vez por causas relacionadas con el megaescándalo de la estatal petrolera Petrobras.

También le puede interesar:

El domingo pasado, más de 3 millones de personas exigieron la renuncia de Rousseff.

El nombramiento de Lula es presentado por analistas como uno de los últimos cartuchos que le quedan a Rousseff para llegar al fin de su segundo mandato (2014-2017), evitando el proceso de destitución que la oposición impulsa en el Congreso por presunta manipulación de las cuentas públicas.

Pero ese cartucho podría resultar ‘pólvora mojada’, tras la decisión del juez Sergio Moro, a cargo de las investigaciones de Petrobras, de difundir una conversación telefónica ‘chuzada’ entre Lula y Rousseff.

En esa conversación, grabada por la policía judicial el miércoles por la mañana, Rousseff le anunciaba a Lula que se aprestaba a enviarle el decreto de su nombramiento como jefe de gabinete para que pueda “usarlo en caso de necesidad”.

AFP

Temas relacionados:

LO ÚLTIMO