Los ataques de este lunes, que dejaron también 450 heridos, forman parte de la ofensiva del régimen para reforzar sus posiciones alrededor de esa región y que hace prever una inminente operación terrestre.

En las últimas horas continuaban los ataques aéreos y de artillería contra varias ciudades de esta región, asediada desde 2013 por el régimen.

La ofensiva militar se desarrolló en las localidades de Hamuriya, Saqba, Mesraba, Kafr Batna, Beit Saua, Haza, Otaya, Yisrín y Zamalka por aviones y helicópteros de las fuerzas sirias, así como por la artillería de las tropas leales al presidente, Bachar al Asad, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.

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En las últimas semanas, cientos de personas han perdido la vida por el aumento de los ataques en Guta Oriental, donde la ONU calcula que hay unas 400.000 personas atrapadas por el asedio gubernamental.

A principios de este mes, la ONU pidió una pausa humanitaria de al menos 30 días en el conflicto para poder asistir a cientos de miles de sirios en áreas asediadas o de difícil acceso y para evacuar a enfermos y heridos.

Naciones Unidas pidió el cese inmediato de los ataques contra civiles en Siria. Los bombardeos contra civiles “tienen que cesar de inmediato”, dijo el coordinador de la ONU para la ayuda humanitaria en Siria, Panos Moumtzis. “Es imperativo poner fin inmediatamente a este sufrimiento humano sin sentido”.

“La reciente escalada de violencia agrava una situación humanitaria que ya es precaria para los habitantes de la Guta Oriental, donde hay muchas personas desplazadas”, explicó el coordinador de la ONU.

Entre tanto, la oposición en el exilio denunció “una guerra de exterminio” así como el “silencio internacional” frente a los “crímenes” del régimen de Bashar Al Asad en la guerra que empezó hace casi siete años.

Con EFE y AFP.