Quienes vieron la película de Pixar-Disney ‘Buscando a Nemo’ recordarán que el pequeño pez payaso logró escapar de un acuario que decoraba un consultorio odontológico, precisamente, por el desagüe.

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Algo similar sucedió en el Acuario Nacional de Nueva Zelanda con un pulpo llamado ‘Inky’ (por lo de la tinta), que hizo el recorrido mencionado antes de huir, pero cuyo ‘crimen’ fue posible reconstruir por los rastros de tinta que dejó, revela una nota de The Washington Post.

Rob Yarrall, gerente del acuario, les dijo a medios de comunicación en tono de broma: “Se fue sin decir nada y ni un mensaje nos dejó”, al tiempo que explicó que el escape ocurrió hace tres meses, pero hasta ahora se conoce la noticia.

Inky era bastante popular entre los visitantes al acuario y estaba allí desde el 2014.

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