Además de este efecto, el gas también produce dificultad al respirar y afecta la visibilidad, asegura la compañía creadora del ‘Skunklock’, como se denomina el artefacto.

De acuerdo con BBC, la compañía está recaudando dinero a través del sitio Indiegogo para comenzar a producir en masa estos candados, que buscan disminuir el robo de bicicletas.

“Estábamos hartos de los robos. La gota que rebosó el vaso fue que un amigo nuestro parqueó su bicicleta eléctrica afuera de un supermercado Whole Foods, luego entramos a almorzar y hablar. Cuando salimos la bicicleta no estaba”, dijo Daniel Idzkowski, uno de los inventores de la idea, citado por The Guardian.

Lo que más lo indignó, fue que su amigo había utilizado dos candados, de 120 dólares cada uno, que a pesar de su costo no evitaron el robo de la bicicleta.

“Grité ‘¿por qué no le cortó las bolas?'”, añadió, al explicar que luego de pensarlo mejor llegó a una idea menos violenta, pero efectiva, para hacer retroceder a los ladrones.

“Nuestra formula daña de forma irreversible la ropa que utiliza el ladrón o cualquier protección que utilice”, dicen los fabricantes, que señalan que el candado es seguro para el propietario de la bicicleta, dado que el gas solo se libera cuando intentan cortar el seguro.

Si los fabricantes logran lanzar el producto a la venta, este tendrá un costo de 100 dólares y si el gas llega a ser liberado, el propietario tendrá que comprar uno nuevo, pero muy probablemente se habrá evitado un robo.

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