Los hechos hasta ahora se conocen, pero el incidente sucedió el 12 de julio de 2015, cuando el buzo aficionado Christopher Le Cun estuvo nadando en aguas cercanas a la planta nuclear St. Lucie, en el sur del estado de la Florida, EE. UU., informa West Palm TV.

El hombre navegaba en su bote en compañía de su esposa y sus hijos, narra CNN, lo ancló a una boya y bajó a bucear. Mientras estaba nadando debajo del agua, de repente sintió una fuerte corriente que lo arrastraba, cuando de pronto quedó en completa oscuridad.

El hombre fue succionado por un tubo que recoge 500.000 galones de agua de mar por minuto para enfriar los generadores, donde Le Cun permaneció entre 4 y 5 minutos de horror.

“Pensaba que al otro lado me esperaban las aspas de una turbina, así que las opciones eran quitarme la máscara y dejarme ahogar o esperar a ver qué pasaba”, comenta el hombre.

Por fortuna, no había una turbine en el otro lado, sino una piscina de enfriamiento dentro de la planta, recoge UPI.com.

Le Cun dice que no había señalización y que por tal razón demandará a la planta de energía, mientras que las autoridades de dicha planta aseguran que la ley dice que nadie se puede acercar a menos de 30 de una boya, y menos amarrar su barco a ella.

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