La tensión ante la visita a la capital belga, acostumbrada a las cumbres internacionales al ejercer de sede de las instituciones de la Unión Europea y de la Otan, se ha visto acrecentada tras el atentado terrorista del lunes por la noche en Manchester, en el Reino Unido, donde murieron 22 civiles y se registraron 64 heridos.

El Centro de Crisis del Ministerio belga del Interior ha movilizado más de 4.000 policías federales y locales, a los que apoyarán un centenar de agentes luxemburgueses y un equipo de holandeses para la supervisión del tráfico aéreo que contarán con águilas entrenadas para derribar drones.

Dentro del relativo secretismo que rodea el despliegue de seguridad en torno al inquilino de la Casa Blanca, se espera que el ‘Air Force One’ de Trump procedente de Roma aterrice hacia las 4:00 p.m. hora local en el aeropuerto militar de Melsbroek, junto al aeródromo civil de Bruselas.

No está descartado que cazas F-16 del ejército belga escolten al Boeing 747 presidencial, según la radiotelevisión belga RTBF, que explica que las autoridades estadounidenses tomarán las torres de control del aeropuerto, desplazando a los controladores belgas.

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El espacio aéreo de la capital de Bélgica permanecerá cerrado entre 15 y 30 minutos durante el aterrizaje, pero las autoridades aseguran que esa circunstancia no perturbará las operaciones habituales del aeropuerto, objetivo de un atentado yihadista en marzo de 2016.

Sí cabe prever una situación caótica en las carreteras de los alrededores de Bruselas, que se cerrarán al tráfico temporalmente para facilitar el desplazamiento de la delegación estadounidense.

Los cortes de circulación y las interrupciones en los transportes públicos serán habituales durante las 24 horas que Trump esté en Bruselas en una visita que arrancará con una recepción en el Palacio Real de Bélgica por los monarcas Felipe y Matilde y, a continuación, una reunión de trabajo con el primer ministro belga, Charles Michel.

Las estaciones de metro de Arts-Loi, Schuman, Trône, Louise y Porte de Namur permanecerán inaccesibles entre el miércoles a las 14.30 horas (12.30 GMT) y el jueves a las 16.30 horas (14.30 GMT), mientras que esta tarde hay convocada una manifestación a las 17.00 hora local (15.00 GMT) en la Estación del Norte de Bruselas en protesta contra la Otan y contra el presidente de Estados Unidos.

Trump se alojará esta noche en la residencia del embajador de EEUU ante Bélgica, y al día siguiente comenzará la jornada con una entrevista con los presidentes de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y del Consejo Europeo, Donald Tusk, en la sede de esa segunda institución, en el ‘barrio europeo’ de Bruselas.

Al final de la cita se sumará el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, y la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, antes de que Trump almuerce en privado con el nuevo presidente de Francia, Emmanuel Macron.

Ambos mandatarios se trasladarán después a la sede de la Otan a las afueras de Bruselas, que también instalará un férreo dispositivo de seguridad, como ilustra que se recomiende a la prensa llegar antes de las 12.00 horas locales para seguir una cumbre que arrancará a las 18.00 hora local.

En un acto con alto contenido simbólico para dar la bienvenida a la Alianza al nuevo presidente de EE. UU., se reunirán los líderes de los 28 Estados miembros de la Otan y tras la reunión protocolaria celebrarán una cena de trabajo.

Entre otros, participarán en la cumbre el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, cuya visita también obliga a reforzar las medidas de seguridad, de forma que las autoridades belgas han prohibido una concentración de apoyo al presidente turco convocada para la tarde del miércoles junto al hotel en el que se alojará en Bruselas.

Al término de la cumbre de la Otan, Donald y Melania Trump tomarán el avión rumbo a Taormina (Italia), donde el presidente estadounidense participará el viernes y el sábado en la cumbre del G7.

EFE

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