En una caja de cristal, un ratón saltamontes y un escorpión de corteza se enfrentan y, contrario a lo que podría pensarse, el ratón sale victorioso pese a ser aguijoneado en repetidas ocasiones por el letal escorpión, cuya picadura fue responsable de la muerte de una persona el último año.

Las primeras 2 picaduras hacen retirar momentáneamente al ratón, pero gracias a una proteína que produce y que inhibe los pulsos eléctricos causadas por el aguijón y su cerebro, el roedor sigue su ataque hasta acabar con el insecto en su panza, reporta el diario inglés Mirror.

Esta capacidad de los ratones de soportar el intenso dolor, además de que son inmunes a las neurotoxinas presentes en el veneno del insecto, les da a los científicos nuevas ideas para crear analgésicos más potentes.

Los ratones saltamontes pesan entre 40 y 60 gramos y neutralizan las toxinas que contiene el veneno de escorpión, dice el portal de National Geographic.

El Mirror reporta que si un ser humano es picado por el escorpión de corteza, que es muy pequeño en tamaño, experimenta “un dolor insoportable, convulsiones musculares, adormilamiento de los miembros, tos, vómito y, en algunos casos, la muerte.

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