Entre los 112 fallecidos figuran 98 personas evacuadas de las localidades de Fua y Kafraya, asediadas desde hacía dos años por los rebeldes sirios, precisó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).

Los demás fallecidos eran cooperantes locales o rebeldes, indicó el OSDH, y el balance podría agravarse porque hay muchos heridos.

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El proceso de evacuación que implica a miles de sirios de cuatro localidades asediadas comenzó el viernes en virtud de un acuerdo alcanzado por Catar, apoyo de los rebeldes, e Irán, aliado del presidente Bashar al Asad.

Las ciudades implicadas son las rebeldes de Madaya y Zabadani, cerca de Damasco, y las leales al régimen de Fua y Kafraya. La operación sin embargo quedó bloqueada el sábado en la carretera de Al Rashidin (en la provincia vecina de Alepo), donde las personas evacuadas esperaban en sus autobuses debido a desacuerdos entre las partes enfrentadas.

Fue aquí donde un kamikaze hizo estallar su camioneta bomba al lado de los 75 autobuses que transportaban a civiles y rebeldes evacuados de Fua y Kafraya.

Unas horas después del ataque, los convoys de personas evacuadas retomaron el rumbo para llegar a su destino final.

El régimen sirio acusó a los “grupos terroristas”, un término utilizado por el poder para designar a rebeldes y yihadistas.

Pero el influyente grupo rebelde Ahrar al Sham negó cualquier implicación de los rebeldes. “Rechazamos todas las acusaciones contra la oposición por este crimen odioso. Nuestro papel era garantizar la seguridad de los civiles, no matarlos”, aseguró Ahrar al Sham en Twitter.

AFP