‘Maldad pura’ es la manera como The Sun informó en su portada sobre el hecho; ‘Vidas jóvenes robadas por el terror’ fue el titular de The Guardian; ‘Oraciones por los desaparecidos y los muertos’ es el encabezado del Manchester Evening News.

La idea de “maldad en estado puro” la recoge en Colombia El Tiempo, en su editorial, en donde señala, primero, que el ataque recuerda “de la peor manera” que el principal rasgo del terrorismo es sorprender en el momento y en el lugar menos pensados, en este caso, “en un lugar que para los niños y niñas presentes era el escenario de un sueño”.

“Miles de ellos habían ido a verla [a Ariana Grande] en vivo por primera vez. Un recuerdo con vocación de eternidad que por causa de la demencia de unos pocos salvajes hizo el tránsito a pesadilla, que tal vez los acechará por el resto de sus días”, agrega el diario bogotano.

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Por eso, no cabe duda de la “perversa lógica” que guía al grupo terrorista Estado Islámico (EI): “Estremecer espacios de la vida cotidiana de la gente, para arrebatarles a quienes más distancia guardan del ajedrez geopolítico del que emanan estos conflictos —los niños, sobre todo— su derecho a soñar, a gozar, a descansar. A vivir sin el agobio de un fantasma invisible y sin embargo real, respirando en la nuca”, añade.

El hecho de que el grupo EI reconociera rápido su autoría en este crimen, analiza El Espectador en su editorial, obedece a que “la bomba en un concierto de una exestrella de Nickelodeon, lleno principalmente de menores de edad, se presta para los simbolismos perversos y mezquinos que persigue el terrorismo”.

“Es inevitable, al pensar en lo irracional que suena atacar a menores de edad, en lo desnudo que queda el hecho de que no hay sentido para la guerra cuando se empeña contra los más indefensos, no sólo en las víctimas de Mánchester, sino en todas las infancias que han sido silenciadas como ‘daños colaterales’ de este mundo en conflicto”, añade.

Las víctimas

Todos esos medios se refieren a las víctimas del atentado, que son principalmente niñas, adolescentes, padres que iban a buscarlos… Son rostros e historias de los 22 muertos que se van conociendo poco a poco.

Saffie Rose Roussos, 8 años

Es la víctima más joven hasta ahora. Se desplazó a ver el concierto desde Leyland, en el vecino condado de Lancashire, con su madre y su hermana, de unos 20 años, que resultaron heridas.

Chris Upton, el director de su escuela, la describió como “una niña hermosa en todos los sentidos de la palabra”.

“Todo el mundo la quería, y recordaremos con afecto su calidez y amabilidad”, agregó. “La idea de que alguien pueda ir a un concierto y no regresar es desgarradora”.

Olivia Campbell, 15 años

Charlotte Campbell, que el martes apareció en las principales televisiones británicas pidiendo ayuda para encontrar a su hija Olivia, de 15 años, anunció este miércoles que había muerto.

“RIP mi querida hija Olivia, preciosa, linda, llevada lejos, lejos, prematuramente, ve a cantar con los ángeles y sigue sonriendo. Mamá te quiere”, escribió apesadumbrada en Facebook, junto a una foto de la chica.

Olivia asistió al concierto con un amigo, Adam, que resultó herido.

Georgina Callander, de 18 años

Estudiante universitaria de sanidad y asistencia social, también de Lancashire. El día antes del concierto publicó una foto en las redes sociales abrazada a Grande. “Contenta de verte mañana “, afirmaba a pie de foto.

“Georgina era una joven estudiante adorable, muy popular entre sus compañeros y el personal, y siempre aprovechó al máximo las oportunidades que le brindó la escuela”, afirmaba un comunicado de su antigua escuela, la Bishop Rawstorne Church of England Academy.

John Atkinson, 26 años

Procedía de Bury, una localidad a media hora de Manchester, y fue identificado por sus amigos como uno de los muertos.

Su cuenta en Facebook se convirtió en un foro de homenaje, un proceso que solo puede llevarse a cabo si su familia contacta con la red social y lo solicita.

John era “uno entre un millón, y lo quería mucha gente”, escribió Hayley Turk, una amiga que organizó una colecta para la familia.

Martyn Hett, 29 años

Un gestor de relaciones públicas de Stockport, al sur de Manchester. Acudió al concierto con un amigo. Su hermano hizo varios llamamientos en las redes sociales en las horas que siguieron al ataque, pero un amigo confirmó este miércoles su muerte.

“Recibimos la pasada noche la noticia de que nuestro maravilloso, carismático y hermoso Martyn no sobrevivió”, escribió Stuart Spinall.

Kelly Brewster, 32 años

Una madre de Sheffield, una ciudad del norte de Inglaterra. Su familia y amigos la estuvieron buscando activamente el martes, día siguiente al atentado, pero su pareja, Ian Hinslow, anunció finalmente que había muerto.

“Teníamos tantos planes juntos. Mi hija Phoebe quedará absolutamente destrozada, como lo estamos todos”, escribió Hinslow.

Alison Howe, 45 años, y Lisa Lees, de 47

Habían ido a buscar a sus hijas al concierto y no salieron vivas. “Nos arrebataron a una madre y una madrastra hermosa y cariñosa. Fue increíble con todos nosotros”, escribió un familiar de Howe.

“Lisa se fue, pero nunca la olvidaremos. Te quiero Lisa, te voy a echar de menos”, lamentó el hermano de Lees en Facebook.

Pareja polaca

También se confirmó la muerte de un matrimonio polaco que vivía en el Reino Unido y que fue al concierto a buscar a sus hijas, informó el ministro de Relaciones Exteriores de ese país. Sus hijas están bien.

“Los padres fueron al final del concierto a buscar a sus hijas y, desgraciadamente, tenemos información de que murieron. Las niñas están bien”, dijo el ministro Witold Waszczykowski a una emisora de radio polaca.

Con AFP

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