El ministro turco del Interior, Suleyman Soylu, precisó que diez personas fueron detenidas por presuntos vínculos con el ataque, el último a la fecha de la oleada de atentados que ensangrentó a Turquía desde 2015, atribuidos a la rebelión separatista kurda o al extremismo islámico.

El primer atentado fue causado por la explosión de un coche bomba en las inmediaciones del estadio del Besiktas, a orillas del Bósforo, y el segundo por un kamikaze en un parque vecino.

“Desgraciadamente, tenemos mártires y heridos”, dijo el presidente turco Tayyip Erdogan. “Hemos asistido, esta noche en Estambul, a la manifestación más horrorosa del terrorismo”.

Tras la explosión, las autoridades cortaron rápidamente todos los accesos al barrio del estadio, en los alrededores del cual decenas de policías armados con metralletas o pistolas impidieron el paso mientras un helicóptero sobrevolaba el área.

Las autoridades prohibieron la difusión de imágenes relacionadas con el ataque, medida que adoptan sistemáticamente tras cada atentado.

Turquía ha sido objeto de numerosos ataques vinculados con la rebelión separatista del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) o atribuidos al grupo yihadista Estado Islámico (EI), principalmente en Estambul y Ankara.

 

Con información de AFP

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