La operación, en la que una aeronave se ubicó sobre el edificio del Tribunal Supremo de Justicia y lanzó unas granadas que no estallaron, ha sido descrita como un intento por replicar el golpe de Estado que ocurrió en Turquía el año pasado, en un contexto en el que el descontento con Nicolás Maduro y su dictadura cada vez se hace más evidente, incluso entre los militares, informa El Nuevo Herald. Miguel Mirabal, vicepresidente del Venezuelan American Leadership Council, en Estados Unidos, dijo:

“Aquí parece haber una operación política montada por el gobierno”.

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El medio estadounidense apunta que en caso de que en efecto las personas que protagonizaron el ataque se hayan pronunciado contra el dictador Maduro, es posible que el propio gobierno haya infiltrado el hecho para montar una trampa y determinar quién está detrás de todo. Sin embargo, Mirabal calificó la acción de “torpe”.

Pulzo había anticipado que sospechosamente el incidente del helicóptero había opacado el ataque contra algunos opositores de la Asamblea Nacional y la transmisión de poderes de la fiscal general al defensor del pueblo. El texto decía que era apresurado señalar a Maduro y su séquito de estar detrás del hecho, aunque las sospechas que han despertado con el pasar de las horas parecerían confirmarlo.

The New York Times recoge el testimonio de Vanessa Furtado, de 46 años, que aseguró que “quiso llorar” al ver el helicóptero durante el ataque. Sin embargo, cuando el miércoles la dictadura usó el hecho para intensificar las amenazas contra quienes se manifiestan en su contra desde hace casi 3 meses, Furtado empezó a dudar.

“Quería que fuera cierto. Pero me tenía que preguntar si todo esto había sido organizado o no venía del gobierno”, dijo.

El ‘Times’ también dice que Maduro, antes y después del ataque, ha respondido con vehemencia a las manifestaciones, habiéndoles ordenado a las fuerzas del orden que usen balas de goma y perdigones para finalmente enviarlos a tribunales militares. Sin embargo, el medio aclara que, por ahora, no ha ejecutado acciones similares a las de mandatarios en Egipto y Turquía, donde sí aplastaron duramente a la oposición, aunque a juzgar por el presunto autogolpe, parece que la situación no está muy lejana de eso.

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