Un día después de la peor masacre cometida en las últimas décadas en el país asiático, la policía siguió investigando los pormenores del caso, mientras que el autor confeso del crimen, Satoshi Uematsu, presentó su primera declaración ante la justicia y se enfrenta a una posible acusación por homicidio múltiple.

Los nuevos detalles que han salido a la luz dibujan el perfil de alguien determinado a ejecutar su anunciado “plan” de matar a un gran número de discapacitados, y también arrojan sombras sobre una tragedia que, a juicio de algunos, podría haberse evitado.

El presunto autor eligió como víctimas a algunos de los internos del centro con mayor grado de discapacidad, según el propio relato de Uematsu, que se entregó en una comisaría próxima a la residencia llevando consigo tres de los cuchillos empleados en el asalto.

El sospechoso afirmó que lo hizo para “salvar” a sus víctimas y no expresó ningún arrepentimiento por los hechos, según dijeron a la agencia Kyodo fuentes de la policía, que ha procedido a registrar su domicilio.

El plan será llevado a cabo durante el turno de noche (…). El objetivo serán dos instalaciones donde residen muchos discapacitados múltiples. Los trabajadores de guardia serán maniatados. Después de eliminar a 260 personas en las dos instalaciones, me entregaré”, anunciaba Uematsu, quien a continuación pedía cumplir una condena corta y explicaba que su objetivo es “lograr un mundo en el que las personas con discapacidades múltiples puedan recibir la eutanasia (…)”.


Uematsu también había comunicado sus planes a compañeros de trabajo y conocidos, a raíz de lo cual fue investigado por la policía y sometido a pruebas psiquiátricas.

Con EFE.

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