Ese año, Green apuñaló a su compañera en la cara y en el pecho, y la asesinó junto al hijo de los dos que venía en camino. En lugar de escapar, llamó él mismo al 911 y esperó a la policía para que lo arrestara, relata The Washington Post.

Luego de 16 años, el asesino salió con libertad condicional con el apoyo de sus familiares y amigos, incluso el de un pastor, Fred Harris, que intervino a su favor y con cuya hija terminaría casándose con Green.

Gregory y yo éramos amigos antes del inconveniente y de que fuera encarcelado”, escribió el pastor en 2005.

También recordó que el asesino era miembro de la iglesia que él regentaba, y consideraba que ya había pagado por la falta que causó “tanto como ha sido posible” y afirmó que ya se había arrepentido. De hecho, dijo que las puertas de la iglesia estaban abiertas para que él regresara y hasta le ofreció su ayuda.

Así, fue liberado en 2008 y se casó con la hija de Harris, Faith, que tenía dos hijos, Koi, de 5 años, y Kaliegh, de 4. El matrimonio, sin embargo, terminó el año pasado, cuando Green amarró a su esposa en el sótano de la casa, le disparó en el pie y le cortó la cara.

Allí inmovilizada, tuvo que ver el asesinato de sus hijos (hijastros de Green), que murieron por disparos. También asesinó a los hijos de ambos, pero de una manera menos dolorosa: envenenados con monóxido de carbono. Tal y como había hecho 25 años antes, llamó a la policía. Fue capturado y condenado a 50 años de cárcel.

Faith Harris, que sobrevivió al homicidio múltiple, dijo en la lectura de sentencia que ningún castigo podrá hacer que su exesposo pague por el macabro acto. Citada por Detroit News, dijo:

La justicia llegará cuando te quemes en el infierno para toda la eternidad por asesinar a cuatros niños inocentes”, dijo.

Green, sin embargo, no reveló ningún motivo real para haber asesinado a los niños. “Me siento mal por cómo esto ha impactado a todos, y espero que Dios los ayude y me ayude”, dijo.

LO ÚLTIMO