Pero esos datos, de por sí espeluznantes, no son los únicos que sobrecogen en el caso de Yerson Eladio Aponte Sequera, de 17 años, cuyos despojos fueron encontrados, la semana pasada, según El Carabobeño, en una fosa del sector rural del municipio de Valencia, estado de Carabobo, conocido como El Muerto, de la parroquia Negro Primero.

El mismo medio también informa que los tres adolescentes y el adulto “cortaron su cuerpo en pedazos y luego lo quemaron. Supuestamente las partes con mayor cantidad de carne, es decir las mejillas, los brazos, los glúteos y los muslos, fueron cortadas a ras de los huesos, las asaron y se las comieron”.

Los relatos de los familiares de Aponte Sequera y las confesiones que entregaron después los implicados en el crimen al Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) permiten reconstruir detalles que dan más forma a este horrendo homicidio.

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Allegados de la víctima, citados por El Carabobeño, dijeron en la casa del joven comenzó una discusión por los 500 bolívares. “Mientras él daba sus argumentos por lo del dinero a dos que tenía de frente, el adulto le dio con un tubo por la parte de atrás de la cabeza que lo hizo caer al suelo inconsciente”, relata el medio.

Luego, los tres adolescentes y el adulto se llevaron a Aponte Sequera para una casa, donde lo remataron. “Medio día duraron los asesinos quemando los huesos, para tratar que se volvieran cenizas, pero como no ocurrió, los enterraron en una zona cercana a una quebrada”, dice el medio venezolano.

Como el joven no regresaba a su casa, los familiares comenzaron a buscarlo. A esa labor se unieron las dos primas, el otro muchacho y su padre, señalados del crimen. “A los tíos de Aponte Sequera les llamaba la atención de que estas cuatro personas individualmente, siempre intentaban justificar la ausencia del muchacho, sugiriendo que se había mudado a otro caserío por las malas condiciones del sitio, o que se había ido con unos amigos tal vez para Puerto Cabello y no regresaría”, añade la información.

Uno de esos tíos dijo que fueran a buscar a Aponte Sequera a la casa del otro menor implicado, “por lo que se pusieron nerviosos”, dice El Carabobeño. Los allegados llamaron al CICPC y comentaron que tenían sospechas de los tres adolescentes y del adulto.

El medio concluye que, después de “un arduo interrogatorio”, los involucrados habrían confesado. “Fueron con los policías al sitio donde habían enterrado los huesos, y éstos los obligaron a sacarlos”.

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