La crisis energética que afecta a Venezuela ha llevado al gobierno del presidente Nicolás Maduro a anunciar este miércoles un racionamiento del servicio eléctrico en los 10 estados más poblados e industrializados del país, incluyendo la Gran Caracas.

“No ha calado (en) la conciencia de la gente el ahorro residencial, motivo por el cual es necesario aplicar un plan de administración de carga” del cual se darán detalles en los próximos cuatro días, anunció el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, durante una emisión televisada desde la Central Hidroeléctrica del Guri.

El funcionario afirmó que el nivel del embalse de esta represa, cuya generación hidroeléctrica provee 70% de la energía del país, “sigue descendiendo paulatinamente y se está acercando a la cota mínima operativa”, lo que obliga a “tomar medidas”.

Motta aseguró que “el mayor consumo eléctrico es el residencial”, representando “63% del consumo de energía”, con los estados Zulia, Gran Caracas, Carabobo, Aragua, Lara Bolívar, Miranda, Barinas, Monagas y Falcón como los de mayor demanda energética.

Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras del mundo que vivió una dura crisis eléctrica en 2010, sufre apagones sobre todo en las provincias y racionamientos de agua, lo que aumenta las dificultades cotidianas.

El presidente Nicolás Maduro dijo este miércoles que “lamentablemente los ahorros que necesitamos a nivel residencial no se han logrado”, aunque llamó a que “las afectaciones sean las mínimas para la calidad de vida” de la población, dentro del plan que dijo “salvará al Guri” del colapso.

Maduro alega que la sequía de los últimos dos años, y los efectos del fenómeno meteorológico El Niño, han causado estragos en el sistema hidroeléctrico venezolano, llevando el embalse de la represa de Guri a “los niveles más bajos de toda la historia”.

“Hemos tomado decisiones para defendernos de esta sequía”, aseguró el presidente venezolano.

Caracas ha estado prácticamente a salvo de los apagones que se viven en el interior del país desde hace varios años, e incluso el único plan de racionamiento diseñado para la capital del país, en 2010, fue suspendido tras pocos días de implementación.

Desde hace dos meses el gobierno de Maduro ha tratado de reducir la demanda eléctrica, con órdenes para centros comerciales para que trabajen en horarios restringidos o para que se provean de su propia electricidad, medida que también alcanzó a los hoteles.

La semana pasada se anunció que se adelantaría media hora la hora oficial, volviendo al huso horario de cuatro horas menos con respecto al meridiano de Greenwich (-04H00 GMT), para aprovechar más la luz del día.

En 2007 Venezuela había retrasado su reloj precisamente 30 minutos por decisión del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013), argumentando también una medida de ahorro energético.

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En el mismo sentido el pasado lunes, aprovechando la fecha patria del martes 19 de abril, se declaró como día no laborable para el sector público.

Los empleados gubernamentales ya tenían una orden para laborar de lunes a jueves y con turnos diarios de trabajo de seis horas.

Analistas económicos advierten que este tipo de medidas afectan la productividad de un país en aguda crisis económica, con recesión, la inflación más alta del mundo (180% en 2015) y escasez de alimentos.

El racionamiento eléctrico avanza pese a que la contracción en la economía venezolana -que en 2015 decreció 5,7%- implica que las industrias del país operan a tan solo 25% de su capacidad instalada, significando un importante recorte de la demanda energética.

AFP

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