La hipótesis que maneja el experto en su artículo, publicado en Politico, sugiere que a pesar de que en primera instancia parece muy conveniente la amistad que Trump le ofrece a Israel, “para los judíos en Estados Unidos es cada vez más difícil apoyar un gobierno religioso y de derecha, ya que puede ser entendido como un apoyo al racismo israelí”.

Según Carlstrom, hoy en día existe una fractura muy grande entre el liberalismo y el sionismo, y considera que:

El abrazo del gobierno de Israel a un presidente electo (y a su controvertido círculo político) odiado por la mayoría de los judíos estadounidenses solo ampliará el abismo”.

Así, un ‘matrimonio’ entre dos gobiernos radicales como los de Netanyahu y el que va a iniciar de Trump podría generar una amistad muy fuerte entre ambas naciones, pero también haría que Israel se alejara del resto del mundo y que sus posiciones sean mal vistas por la comunidad internacional.

El análisis aparece en el marco del tenso momento que están viviendo las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos e Israel, después de la abstención de la superpotencia en el consejo de seguridad de la ONU, decisión que perjudicó al país asiático.

El secretario de Estado de EE. UU., John Kerry, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu se han enfrascado en una dura polémica, ya que el líder judío se siente “decepcionado” porque el gobierno Obama le dio la espalda en una lucha que el país del norte ha respaldado durante muchas décadas.

En ese contexto, Donald Trump, en su papel de presidente electo, se ha mostrado como el ‘nuevo mejor amigo’ de Israel, tal y como ha sucedido con todos los presidentes estadounidenses desde hace mucho tiempo. Así lo ha expresado ampliamente en los últimos días:

No podemos dejar que Israel sea tratado con desdén e irrespeto. Ellos solían ser un gran amigo de Estados Unidos, pero…”.

Sobre la resolución de la ONU, Trump dijo:

La gran derrota para Israel ayer en las Naciones Unidas hará mucho más difícil negociar la paz. Muy mal, ¡pero lo haremos de alguna forma!”.

En ese sentido, el análisis de Carlstrom coincide con la realidad. Sin embargo, solo el tiempo dirá si, en efecto, la presidencia del magnate republicano tiene ‘doble filo’ para el Estado judío.

LO ÚLTIMO