Él observó que una de las constelaciones, la número 23, no tenía su correlación exacta en el mapa de las ciudades mayas. Según su teoría, tendría que haber una ciudad en ese lugar perteneciente a la península de Yucatán, en México, informó ABC.

Los análisis hechos con satélites revelaron que en efecto existe una pirámide y una treintena de edificios en el sitio señalado por el adolescente. “Figuras geométricas, cuadradas o rectangulares, aparecen en estas imágenes, formas que difícilmente pueden ser atribuidas a fenómenos naturales”, afirmó Armand LaRocque, especialista en teledetección de la Universidad de Nouveau-Brunswick, al diario español.

Además, se destaca que el joven pudo haber descubierto una de las ciudades mayas de mayor tamaño, señaló este medio.

William Gadoury presentó sus trabajos a dos arqueólogos mexicanos, pero aún no se han desplazado hasta el lugar, indicó ABC.

El joven canadiense Gadoury,  que es un apasionado del mundo maya, bautizó el lugar como K’AAK’ CHI’, que significa ‘Boca de fuego’.

Gaudory manifestó en Infobae América:

No comprendía por qué los mayas habían construido sus ciudades lejos de los ríos, en terrenos poco fértiles y en las montañas”

Su descubrimiento deslumbró a los más expertos de la Nasa, la Agencia Espacial de Canadá y la de Japón, concluyó este portal

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