La muerte de los pasajeros ocurrió en una jornada con condiciones climáticas difíciles, sobre todo por la niebla, que afecta a esa región desde hace unos veinte días.

“Seis personas murieron en el accidente. Los equipos de rescate hallaron sus cadáveres desperdigados entre la nieve”, precisó a la AFP el vocero de la policía de la ciudad de L’Aquila.

El aparato no formaba parte del equipo de socorristas empeñado en el vasto dispositivo de emergencia dispuesto tras la nevada histórica de la semana pasada, el terremoto y la avalancha mortal del miércoles que se cobró ya 15 muertos.

Desde hace una semana miles de militares, bomberos, alpinistas, voluntarios de la protección civil han sido movilizados en camiones, helicópteros y numerosos medios a esa región montañosa, a unos 150 kilómetros de Roma, azotada por una serie de calamidades naturales.

Las nevadas aislaron localidades enteras, dejándolas sin electricidad y con las carreteras cerradas, por lo que muchos animales fueron abandonados así como las granjas de vacas lecheras y ovejas. A todo ello se suma el peligro de que se registren inusuales inundaciones con el aumento en los últimos días de la temperatura.

Del otro lado de la cordillera de los Apeninos, a unos 120 kilómetros del accidente del helicóptero, los equipos de socorristas siguen excavando día y noche en una carrera desesperada para intentar encontrar personas con vida bajo los escombros del hotel Rigopiano.

Con AFP

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