La policía federal se limitó a indicar que el miércoles por la noche había frustrado “una potencial amenaza terrorista” y que había identificado a su autor.

“El sospechoso fue identificado y [la policía] adoptó la línea de acción adecuada para garantizar que no se pusiera en peligro la seguridad pública”, indicó la institución en un comunicado, que no precisa el lugar del incidente.

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Según los medios, el sospechoso es un canadiense de 24 años, que había sido detenido en 2015 por expresar simpatías con el grupo Estado Islámico en las redes sociales. Fue liberado en febrero, pero permanecía bajo estrecha vigilancia.

La radio CBC lo identificó como Aaron Driver, quien habría sido neutralizado en Stahroy, una zona residencial del sur de Ontario.

Un familiar del sospechoso entrevistado por CBC bajo condición de anonimato indicó que las autoridades habían comunicado a la familia que el joven había sido abatido cuando se aprestaba a detonar una bomba.

Otro medio, CTV, afirmó que se trataba de un miembro del EI y precisó, citando documentos confidenciales, que se proponía cometer un atentado en un lugar sumamente concurrido de una gran ciudad.

La policía señaló que “la investigación continúa”, sin mayores detalles.

Aaron Driver apareció en los radares de la Policía y de los servicios de inteligencia canadienses en octubre de 2014 cuando justificó en las redes sociales el gesto de una joven radicalizada que mató a un soldado de guardia frente al monumento de los muertos de Ottawa.

En aquel momento Driver ya se había convertido al islam pese a haber nacido en una familia católica de la provincia de Saskatchewan, en el oeste del país.

Tras esos ataques, el gobierno conservador de aquel entonces amplió los poderes de la policía para desbaratar planes de atentados e impedir la partida de jóvenes radicalizados que busquen sumarse a las filas del EI en Siria.

En esa época, cuando Driver vivía en la casa familiar en Winnipeg (Manitoba), “se movía en un gran secreto, como un lobo solitario, ningún amigo venía a la casa, nunca decía a dónde iba o lo que hacía”, dijo en 2015 a la cadena pública de televisión CBC su padre, quien entonces ya temía que su hijo se convirtiera en “un extremista radical”.

Aaron Driver lo justificó de otra manera en el mismo reportaje: “lo que pasaba en Siria te rebelaba y al mismo tiempo te partía el corazón, y yo creo que si uno sabe lo que ocurre, debe hacer algo”.

Sin embargo, en esa ocasión afirmó que no veía ningún motivo para que “los canadienses piensen que soy una amenaza”.

AFP

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