El primero de los mitos que trata de romper es que se cree que el objetivo de Starbucks es acabar con la competencia, sobre todo con las pequeñas cafeterías, pero el autor del libro dice que no es así, si se tiene en cuenta que el número de cafeterías diferentes de Starbucks ha crecido en los últimos años al punto que triplica el de la cadena en cuestión, destaca The Washington Post.

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El segundo, tal vez es más controversial, es que Simon desmiente que Starbucks no es el lugar ideal para trabajar que algunos listados sugieren, pues sus bajos salarios, las pocas horas de trabajo que ofrecen y la escasa flexibilidad hacen que las personas tengan que vivir con lo justo en grandes ciudades como Nueva York, y les dificulta conseguir un segundo empleo.

El tercero tiene que ver con que muchos usuarios han dicho en el pasado que el café de Starbucks es demasiado tostado, pero el experto dice que solo se les da un tueste que llega hasta darle un color café oscuro, pero que está lejos de ser quemado. Lo que sí dice es que el café es más concentrado que como los estadounidenses estaban acostumbrados a consumir la bebida antes de la llegada de Starbucks.

Otro mito tiene que ver con señalamientos de que la cadena descalifica las fiestas especiales, como Navidad, pues sus empleados no dicen “feliz Navidad” sino “felices fiestas”, pero lo cierto es que en algunos locales ponen música navideña.

Y la última es que ayuda a crear comunidad, dado que la gente va allí a charlar, estudiar o trabajar, cuando lo que en realidad hace es, según el autor, ubicar a personas extrañas de tal forma que no se sientan tan sola.

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