Desde su llegada a la Casa Blanca en enero, los anuncios del millonario republicano a menudo han sido a la medida de los peores temores de los aliados de Estados Unidos:

  1. Decreto antiinmigración.
  2. Retirada del Acuerdo de París sobre el clima y de la Asociación TransPacífico (TPP, el tratado de libre comercio Asia-Pacífico).
  3. Cuestionamiento del acuerdo nuclear iraní.
  4. Reconocimiento unilateral de Jerusalén como capital de Israel.
  5. Hostigamiento y provocación con Corea del Norte.

La de Trump es “la doctrina del retiro”, resumió el presidente del centro de análisis Council on Foreign Relations, Richard Haass, exdiplomático bajo varias administraciones republicanas.

El presidente de la primera potencia mundial “aplica lo peor de lo que uno podría haber temido en materia de política ‘trumpiana’, con una retirada de la escena multilateral”, coincide Célia Belin, del Brookings Institution, en Washington.

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Sus anuncios más rimbombantes, “simbólicamente muy fuertes y de pesadas consecuencias, tienen solo la intención de satisfacer a su electorado, pero no tienen una concreción posible en esta etapa”, dijo la experta.

Así, la retirada del Acuerdo de París recién se hará efectiva al final de su mandato, el acuerdo nuclear iraní sigue vigente e instalar la embajada estadounidense en Jerusalén llevará “varios años”.

Es “el método Trump”, considera Belin: “Una ruptura simbólica que provoca reacciones muy fuertes”.

“El mundo entero ha escuchado el mensaje”: “Estados Unidos ha regresado con fuerza”, se jactó el presidente el lunes al presentar su “Estrategia de Seguridad Nacional”.

Sus acciones y palabras generan caos

Para Barbara Slavin, del grupo de expertos Atlantic Council, “Trump parece creer que el poder militar y económico de Estados Unidos es suficiente para permitirles hacer lo que quieran”.

Pero “no entiende que Estados Unidos es más poderoso cuando lidera y da forma a un consenso internacional”, dijo, al señalar el riesgo de aislamiento y pérdida de credibilidad. Incluso del lado republicano abundan los críticos.

“La administración actual da poco respiro del caos de un mundo sin liderazgo estadounidense”, escribió el influyente senador republicano John McCain en el sitio web Medium. “Nuestro presidente ve su imprevisibilidad como una virtud y prefiere sus tuits desinformados a las estrategias intencionales”.

De hecho, cunde el desconcierto entre los aliados de Estados Unidos por el estilo del magnate inmobiliario pasado por presentador de telerrealidad: es capaz de arremeter contra China en un tuit para luego ensalzarla en el siguiente, o amenazar en la ONU con “destruir totalmente” a Corea del Norte, o incluso desairar públicamente a su secretario de Estado, Rex Tillerson.

“La actitud impulsiva del presidente Trump, su manera impredecible de gobernar y sus tuits han estremecido a muchas capitales”, sostiene Paul Stares, autor de una encuesta anual a 400 expertos y diplomáticos sobre los riesgos de conflicto. De acuerdo con este estudio del Council of Foreign Relations, Washington está en la primera línea de dos grandes riesgos de confrontación armada en 2018: Corea del Norte e Irán.

Para estas dos grandes crisis, dice Stares, “es difícil saber” si las amenazas de Trump “son una fanfarronada o si realmente está decidido a usar la fuerza”.

Y la diplomacia estadounidense ha tenido poco éxito.

“Cuando el presidente Trump asumió el cargo, identificó a Corea del Norte como la principal amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. Lamentablemente, sigue siendo cierto 11 meses más tarde, si es que la situación no ha empeorado”, reconoció Tillerson.

AFP