La ONG defensora de la libertad de expresión, publicó una lista de diarios, entre ellos 7 con sede principal en Caracas, que durante esta semana de festividades católicas “estarán fuera de circulación para sortear la crisis”.

En el 2013, el gobierno del presidente socialista Nicolás Maduro que monopoliza las divisas en el país -con control cambiario desde 2003-, creó una corporación que controla la importación de insumos para prensa.

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Esta semana se publicó la última edición del diario El Carabobeño, con sede en Valencia -ciudad industrial del centro-norte de Venezuela-, que atribuyó su cierre a la censura oficial frente a su postura crítica.

 “Hoy se está concretando un vil zarpazo contra uno de los más sagrados derechos del ser humano: el derecho de estar informado. Ha llegado el impensable día en que El Carabobeño pone fin a sus ediciones impresas”, señaló el diario en un editorial publicado en portada.

El rotativo, al que no le fueron asignadas las divisas para pagar deudas por insumos adquiridos en el exterior, buscó materia prima al costo del dólar paralelo, que se cotiza 121 veces más caro que la menor tasa oficial, pero esa vía resultó insostenible.

Carlos Correa, director de la ONG Espacio Público, dijo a la AFP que el caso de El Carabobeño “es un capítulo más en la dinámica de hostigamiento que se está presentando en Venezuela para los diarios impresos”.

Los prestigiosos El Nacional y El Universal, que circulan en todo el país, han alertado sobre niveles críticos en sus reservas de papel desde 2014.

Algunos como La Nación -con sede en San Cristóbal (Táchira, oeste)-, se vieron obligados a reducir el número de páginas. Otros, a modificar su periodicidad, como el caso del diario Tal Cual, frontal opositor al chavismo, que se convirtió en semanario en noviembre pasado.