El atacante tenía 27 años  y sufría trastornos psiquiátricos.

“Se trata desgraciadamente de un nuevo atentado terrible, que aumenta sin duda la inquietud de la gente”, declaró el ministro de Interior de Baviera, Joachim Herrmann, desde el lugar del atentado, y añadió:

Mi opinión personal es que es muy probable que se tratara de un ataque suicida islamista”.

Los socorristas intentaron en vano reanimar al autor de la explosión. Tres de las personas afectadas están heridas de gravedad.

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El subdirector de la policía de Ansbach, Roman Fertinger, habló de “indicios” de que se habían añadido trozos de metal a la carga explosiva.

El autor del atentado, cuya solicitud de asilo fue rechazada hace un año, tenía la intención de impedir la celebración de un festival de música pop al que asistían más de 2.500 personas en la ciudad de Ansbach, según Herrmann.

Intentó entrar en el recinto del festival, pero no pudo porque no tenía entrada.

El sirio, residente en Ansbach, había hecho dos intentos de suicidio y estuvo hospitalizado en una clínica psiquiátrica, añadió el ministro, y precisó que desconocía si el hombre tenía la intención de quitarse la vida.

El atacante llegó de Siria hace dos años y vivía en Alemania con un permiso de residencia provisional. “No podía ser expulsado debido a la actual situación” en su país, según Herrmann.

Estaba fichado por un delito relacionado con drogas, indicó el ministro a la agencia de prensa DPA.

Este atentado se produjo en un momento de gran tensión en Alemania tras una serie de ataques, entre ellos la muerte a tiros de nueve personas la noche del viernes en Múnich.

Tanto en Alemania como en el resto de Europa se vive un clima de temor de atentados yihadistas como los que se han producido en varias ocasiones este año (en la ciudad francesa de Niza el 14 de julio, en Bruselas el 22 de marzo), reivindicados por el grupo Estado Islámico.

Aunque las autoridades insisten en evitar las amalgamas, esta serie puede dar argumentos a quienes se oponen a la política de apertura de la canciller Angela Merkel con los refugiados en 2015.

Hermann dijo que le inquieta que “el derecho de asilo se vea desacreditado” por lo sucedido en Ansbach.

“No pudimos registrar y controlar a todos los migrantes que cruzaron la frontera alemana”, dijo a la BBC Stephan Mayer, responsable de la política interior del partido conservador bávaro CSU.

Baviera, donde se produjeron las tragedias de Wurtzburgo y Ansbach, es al mismo tiempo la puerta de entrada de migrantes en Alemania y una región dirigida por los máximos detractores de la apertura para los refugiados, los conservadores del partido CSU, que la semana pasada volvieron a pedir que se fije un tope en Alemania.

AFP

 

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