Bordados con fibra óptica luminosa, cueros lavables a máquina, ropa confeccionada con botellas de plástico recuperadas en el mar: las materias que harán la moda de mañana oscilan entre innovación tecnológica y preocupaciones ecologistas.

Cuero lavable y piel de pescado

Ya no será necesario acudir a la tintorería para limpiar su chaqueta o falda de cuero. Los especialistas han desarrollado cueros lavables a máquina, como la empresa francesa Pechdo, que los presentó este mes en el salón de tejidos ‘Première Vision París’, antes de la Semana de la Moda que arranca el martes en la capital francesa.

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El objetivo es “volver el cuero más práctico en términos de utilización”, explicó a la AFP Caroline Krug, directora de esta curtiduría que propone desde hace dos décadas cueros de vaca que se pueden lavar a máquina a 30 grados sin estropearse.

Para adaptarse a las necesidades de la vida moderna, la empresa desarrolló además un cuero conductor para utilizar en pantallas táctiles, para poder usar el teléfono sin quitarse los guantes.

La islandesa Atlantic Leather, especializada en pieles de pescado, propone una técnica de curtido vegetal del salmón con corteza de acacia.

“La gente piensa cada vez más en el desarrollo sostenible”, destacó su director  Gunnsteinn Björnsson, cuyo país es el paladín de las energías renovables. Sus pieles están destinadas sobre todo a la confección de calzados y carteras.

Animada por un enfoque “ecorresponsable”, la francesa Marielle Philip también lanzó una empresa emergente que recupera en las pescaderías locales truchas, lenguados y lubinas para curtir sus respectivas pieles “sin productos químicos”. Para teñirlas, recurre a un taller especializado.

De la botella de plástico al pantalón

La moda puede incluso provenir de recursos marinos más indeseables: la española Textil Santanderina trabaja con pescadores encargados de recuperar botellas de plástico que contaminan el mar Mediterráneo. El plástico luego es transformado en fibra de poliéster, tratada y teñida según procedimientos poco dispendiosos de agua y energía, según el diseñador Jordi Ballus.

De cada tonelada recogida en el mar, se recupera un 40%, precisa. Este poliéster puede luego combinarse con algodón reciclado y tencel -una fibra natural- para realizar pantalones, chaquetas y camisas.

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Segunda piel

Con su cuero transparente similar a la piel humana aunque más grueso, la empresa turca Anil Tannery ganó el premio a la imaginación. El producto ilustró una de las grandes tendencias del salón, según Pascaline Wilhelm, directora de moda de Premiere Vision.

“Hay una cantidad de innovaciones fabulosas en torno a las nuevas pieles, los productos sintéticos, sedosos o en cuero, que son como una segunda piel, o pieles de robot”, comentó.

Estas asombrosas telas de alta gama son de fabricación japonesa, italiana o francesa.

Color carne, tersas o por el contrario arrugadas, imitan también escamas, recortadas con láser.

Fibra óptica y cuento de hadas

Productora de tejidos luminosos en fibra óptica y LED, la empresa italiana Dreamlux encontró una solución hoy patentada que consiste en “entretejer fibra óptica en la tela misma”, explicó su director comercial Flavio Fattorini.

Una técnica utilizada en especial para el espectacular y deslumbrante vestido realizado por Zac Posen para la actriz Claire Danes, que lo lució en la fiesta de gala del Met de Nueva York en mayo pasado, así como un vestido para el escenario destinado a la cantante Laura Pausini.

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Actriz Claire Danes / Getty Images

Por último, el fabricante de telas Barzaghi lanzó los hilos luminosos para hacer bordados: dos horas de recarga aseguran una luminosidad durante 40 horas.

Con AFP

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