De acuerdo con investigadores de la Universidad de Cambridge, que estudiaron y analizaron a 310 labradores, quedó claro que a estos les falta parte o el total de un gen llamado POMC, “conocido por regular el apetito en algunas especial y que ayuda a monitorear cuánta grasa ha almacenado el cuerpo”,

Por eso, ellos no logran asimilar cuándo están llenos y pueden comer el día entero.

No es sorpresa entonces que el perro más obeso del mundo, al que se le conoce como una “bola con patas en cada extremo”, sea uno de raza labrador, que hoy en día tiene el título por su peso total de casi 80 kilos.

Otros perros que pueden sufrir de esta condición son los de raza cobrador de pelo liso, primos del labrador.

Por esto, Eleanor Raffan, líder del estudio, asegura que estos son los más aptos para ser entrenados como perros de servicio, pues “estarán dispuestos a trabajar más duro por un regalo y una croqueta”.

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Dijo también que en muchos casos, el sobrepeso puede y debe ser controlado con los debidos cuidados, pues es una condición que a largo plazo afecta su salud, causando problemas de respiración, problemas en las articulaciones.

El gen mencionado anteriormente también se encuentra presente en los humanos, siendo la razón por la que algunas personas no pueden controlar la ansiedad y el hambre y sufran de obesidad.

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