El hombre decidió adoptarla y cuidarla, ya que como resultado de su caída, sufrió una herida en el pecho y fue abandonada por su madre.

En poco tiempo, crearon una inusual amistad y Anderson no pudo evitar ponerle un nombre: Tin tin. Para cuidarla de las heridas, le confeccionó camisetas con medias de su hijo y la mantuvo en un lugar seguro.

Este tipo de historias no son usuales en Dinamarca, país en el que Anderson y la pequeña ardilla residen, pues tenerlas como mascotas es ilegal allí.

Sin embargo, las autoridades, al enterarse de la situación del animal y ver el cariño que se tienen, decidieron darles el permiso para vivir juntos.

La pequeña ardilla tiene su propia cuenta de Instagram, donde Anderson publica día a día videos y fotografías de Tin tin, que como cualquier otra mascota, disfruta llevar a cabo actividades con su familia, gozar del aire libre y comer.

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Hasta el momento, la cuenta tiene más de 36 mil seguidores de todo el mundo.

 

 

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