“Son totalmente inviables porque parten de la base […] de que no hay conflicto que solucionar y que, por consiguiente, no se pueden aplicar ni el derecho internacional humanitario ni la justicia transicional que se creó precisamente para ayudar a resolver los conflictos armados”, declaró el Presidente.

¡Si no hay conflicto armado, no habría nada que negociar!”, exclamó Santos.

En respuesta, Iván Duque, Óscar Iván Zuluaga y Carlos Holmes Trujillo, voceros del uribismo, emitieron un comunicado para rechazar las palabras de Santos.

“En lugar de expresar su voluntad de discutir las propuestas que se le han presentado en muchos aspectos, con ánimo constructivo, [Santos] prefirió descalificar algunas de ellas como inviables, dando así pasos evidentes para desconocer la voluntad mayoritaria expresada el 2 de octubre”, dice el texto.

En el siguiente párrafo, el comunicado agrega que el Centro Democrático está preparado “para la batalla política”, pero al tiempo invita a construir un acuerdo nacional para la paz.

Los voceros del uribismo, además, insisten en conformar “una mesa técnica” conformada por representantes del Gobierno, sectores del ‘sí’ y del ‘no’ y las Farc, propuesta que hasta ahora ha sido rechazada por la guerrilla.

En efecto, Uribe, en el Wall Street Journal, fue claro en decir que, para él, en Colombia no hay un conflicto interno: “Mientras la batalla del Gobierno contra los rebeldes de las Farc es a menudo descrita como una guerra civil, este conflicto no es un levantamiento contra un régimen opresor…

Más bien, es una lucha que ha enfrentado a los gobiernos democráticos contra las persistentes amenazas terroristas al Estado de derecho. Recordemos que las Farc también son un cartel de cocaína”.

Uribe, incluso, sugería en el título de su columna que con terroristas ni siquiera se podía negociar, aunque en su texto en realidad fijaba sus condiciones para renegociar el acuerdo suscrito con las Farc.

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