Esta interpretación que hace ‘The Economist’, una de las publicaciones económicas más importantes del mundo, contrasta con la opinión de los que aseguran que los acuerdos de paz abrirán el camino al chavismo o el socialismo.

Para sustentar su postura y demostrar que las Farc han cedido en sus ambiciones, la revista cita unas declaraciones que en 2001 le dio ‘Alfonso Cano’: “Nuestra lucha es para acabar el estado que ahora existe en Colombia… [las Farc no se desmovilizarán] por casas, carros y becas… o por unos pocos asientos en el Congreso”.

Al respecto, ‘The Economist’ comenta que eso [desmovilizarse por unos “pocos asientos en el congreso”] es lo que están a punto de hacer las Farc.

De otro lado, sobre el temor de que el grupo subversivo gane poder en las urnas, la publicación indica que “las guerrillas son los jefes políticos de solo 500.000 colombianos (aproximadamente más del 1 % de la población) e imponen su dominación por la fuerza”.

“Ellos no podrán ir a amenazar y traficar con drogas en la misma medida en que lo hacían en el pasado”, dice el historiador Malcolm Deas, consultado por ‘The Economist’, que añade:

Eso significa que su poder disminuirá; no aumentará”.

Así mismo, ‘The Economist’ entrevistó a la senadora de la Alianza Verde Claudia López, que se refirió a la supuesta posibilidad de que las Farc se apoderen de las 16 curules que obtendrán las zonas afectadas por el conflicto.

“[López] duda que los candidatos de las Farc ganen muchos de los 16 distritos electorales nuevos… Incluso, duda que cualquier coalición con las Farc consiga más del 5 % de los votos en 2018”, cita la revista.

Con base en esa opinión, ‘The Economist’ dice: “Sus posibilidades [de las Farc de conseguir apoyo en 2018] dependen de que comuniquen un sentimiento genuino de contricción por sus crímenes y de que abandonen el estalinismo dogmático que pocos comparten”.

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