Los dos periódicos más influyentes del país, El Espectador y El Tiempo, que se habían declarado abiertamente partidarios por el ‘sí’, comienzan por señalar la gran pifia de las empresas encuestadoras, pero se centran en el pedido a la unidad nacional.

“No es momento de quedarse llorando —o rabiando— por la leche derramada”, afirma El Espectador, y advierte que “la sensatez es urgente en este momento, y los actores parecen entenderlo en este primer momento”.

“En este acuerdo rechazado hay un largo camino adelantado. No podemos demorarnos otros cuatro años, o más, para tener una nueva ilusión. Si ambas partes en campaña dijeron que querían la paz (pero no así, dijo la parte vencedora), ahora es el momento de convertir en realidad ese deseo. Dijimos el domingo que el No era un salto al vacío, y seguimos creyendo que lo fue. Eso no quiere decir que no podamos encontrar una manera viable de aterrizar en la paz. A ese trabajo de unión nos sumamos desde ya”, agrega.

Por su parte, El Tiempo dice que es obligatorio “hacer un llamado a la humildad y exigirles tanto a vencedores como a vencidos que identifiquen puntos de encuentro con el fin de que el anhelo de la paz no se convierta en una inmensa frustración, con su consecuente saldo de muertes, violencia y desplazamiento”.

Subraya que esto implica “relegar a un segundo plano las vanidades personales y pensar en lo que le conviene a esta nación de 48 millones de habitantes que merece ensayar un camino distinto al conflicto interno que la ha desangrado a lo largo de más de medio siglo”.

“Corresponde a unos y otros trabajar en la búsqueda de la concordia nacional. […] A partir de hoy la única salida es la de trabajar todos al unísono con el fin de encontrar una salida que lleve al fin de una guerra fratricida que tiene que acabarse, reconociendo que hay elementos que deben ser rebalanceados”, agrega.

“Que la patria está en juego es algo que suena a lugar común. Sin embargo, la expresión es verdad, pues un fracaso ahora no solo constituiría perder una oportunidad de esas que llegan de vez en cuando, sino que implicaría renunciar al sueño de construir un país más justo, próspero y pacífico. La grandeza […] debe imperar en esta etapa en la cual, ojalá, lleguemos a puntos de encuentro más temprano que tarde”, concluye.

Para El Nuevo Siglo, el resultado del plebiscito de este domingo es “ante todo una demostración palmaria, frente al mundo y el propio país, del vigor y la madurez de nuestra democracia”, y advierte que el estrecho resultado evidencia que “para una empresa de la envergadura de la paz colombiana se necesitaba el consenso previo a través de un acuerdo político”.

Por eso, recomienda que los sectores del ‘no’ ‘sí’ “tienen que ponerse de acuerdo en el propósito nacional de la paz, sin exclusiones”, y entiende que el presidente Santos y el expresidente Uribe “parecería” que “están de acuerdo en generar las condiciones para un avenimiento dentro del mensaje insoslayable que ayer dio el pueblo colombiano. Hay que sanar rápidamente las heridas de la campaña y el batacazo del plebiscito”.

Frente a la situación planteada, El Nuevo Siglo pide “calma y sindéresis”, y asegura que “es el momento de la grandeza. No hubo el salto al vacío de los fatalistas. Entre todos se puede lograr el nuevo amanecer”.

Entre los periódicos regionales, destaca la postura de El Colombiano, que conmina a todos los grupos políticos, “y en especial el Centro Democrático y su líder Álvaro Uribe”, a hacerse “presentes hoy y atender la convocatoria del Jefe del Estado”.

“A pesar de las divisiones que reflejan los mapas de la votación, hay aún muchos puntos de unión que deben recogerse en este diálogo nacional que el presidente de la República anunció a partir de hoy”, dice El Colombiano. “Allí el papel de los líderes del No será esencial, sin triunfalismos ni desafíos que resultan chocantes y fuera de lugar en un momento histórico que requiere consensos, más que unanimidades, sobre acuerdos que permitan que el cese del conflicto armado sea definitivo”.

E insiste: “Se requiere altura de miras y dignidad de todos los líderes políticos, los partidarios de lo que representaba el Sí, como de los que impulsaron el No”.

Y en eso coincide El País, de Cali, medio para el cual ahora lo que debe esperarse “es la grandeza que se requiere para interpretar la voluntad nacional. En otros términos, hacer hasta lo imposible para construir el consenso que debió acompañar desde un principio la negociación”.

“También debe existir generosidad para reconocer que es imposible echar por la borda un esfuerzo construido ante todo con buenas intenciones para terminar con el conflicto que genera la presencia de las Farc”, dice el editorial de El País. “[…] Se debe confiar en la buena voluntad de la oposición encabezada por el Centro Democrático para que interpretando la voluntad nacional, aporte lo necesario a la salvación de la negociación”.

Su conclusión es palmaria: “Si bien ganó el No, lo que de ahí surgió fue la necesidad de aportar para construir lo que sea necesario para alcanzar a la vida pacífica que los colombianos anhelamos y merecemos”.

“Los que comienzan serán días duros”, advierte, a su turno, La Opinión. “No habrá ocasión de dar pasos atrás, el resultado de las urnas es de crisis: no caben ni las interpretaciones rebuscadas ni los pretextos retorcidos: se trata de reorganizar la patria y darle la forma que debe tener, no de refundarla, como se pretendió cuando la guerra arreció desmesuradamente”.

Recuerda que el presidente Santos convocó a todas las fuerzas políticas, en especial a las que defendieron el no, para oírlas. “Ojalá triunfen los deseos de paz por encima de las ambiciones políticas”, dice.

Vanguardia Liberal considera que todos los sectores políticos “deben mostrar cautela, seriedad, convivir con quienes tienen ideas contrarias y serenamente definir cuál debe ser el rumbo del país. Lo atinado es seguir dialogando, encontrarle una salida serena a la complicada situación. Se viven nuevos hechos políticos, pero eso no significa que estemos en el apocalipsis”.

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