El supuesto asalto sufrido por nadadores estadounidenses en Río de Janeiro no se produjo y los deportistas en realidad estaban de parranda en Barra de Tijuca, donde se encuentra la villa olímpica, según la policía brasileña.

Rayn Lochte, James Feigen, Gunnar Bentz y Jack Conger denunciaron haber sido víctimas de un asalto a punta de pistola por hombres que vestían uniformes de policía el pasado domingo.

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Sin embargo, el jefe de la policía Civil, Fernando Veloso, explicó al diario ‘O Globo’ que la investigación realizada demuestra que el asalto no se produjo.

Según la policía brasileña, los deportistas estaban alterados y ebrios, habrían provocado daños en las instalaciones y se habrían negado a pagar, lo que obligó a intervenir a los agentes de seguridad.

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La Justicia brasileña prohibió el miércoles la salida del país de los cuatro mientras concluye la investigación, aunque Lochte había viajado ya a Estados Unidos.

La policía les impidió a Gunnar Bentz y Jack Conger abordar un avión con destino a Estados Unidos en la noche del miércoles 17 de agosto.

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Los deportistas se negaron a declarar durante las cuatro horas que permanecieron en la comisaría del aeropuerto internacional de Río, tras lo cual se trasladaron a un hotel próximo.

“Mis clientes fueron conducidos a declarar de manera coercitiva, lo que es una aberración jurídica. Pero lo que más impresiona es la retención del pasaporte de testimonio”, afirmó el abogado de los nadadores, Sergio Guerra.

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“Ellos quedaron muy asustados, sin entender por qué fueron impedidos de embarcar”, añadió la defensa.

Las lagunas en la versión ofrecida por los deportistas y el video que recoge su llegada a las instalaciones de la Villa Olímpica horas después del supuesto asalto, en el que aparecen con sus objetos personales, llevaron a la policía brasileña a abrir una investigación sobre la veracidad de sus declaraciones.

EFE

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