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Para Tomas Kuschilgen, director deportivo de esta organización, “parecía como si hubiesen completado una carrera por diversión y no una competencia olímpica”, dijo citado por BBC.

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Las hermanas terminaron en las posiciones 81 y 82, 15 minutos por detrás de su marca personal y 21 minutos después de que la keniata Jemima Sumgong ganadora de la carrera.

Y aunque expresaron no estar satisfechas por este resultado, señalaron que cruzar la meta fue uno de sus mejores momentos deportivos.

“Fue un momento mágico que pudieramos terminar la maratón juntas. No pensamos en lo que estábamos haciendo”, dijo Anna, citada por el New York Times, al explicar que tomarse de las manos fue un acto espontaneo y que en realidad habían estado separadas gran parte de la carrera.

Al parecer, el desempeño de las gemelas en Río habría contribuido a las críticas generadas en su país, donde tienen un estatus de celebridades que dan consejos de nutrición y vida saludable a través de su página web.

“Cada atleta debería estar motivado a demostrar su mejor desempeño y apuntar a obtener el mejor resultado”, añadió Kuschilgen, quien también criticó la tomada de manos como un intento de generar atención de los medios.

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