Ambos encarnan una vieja historia que tuvo sus episodios sangrientos, la de Irlanda del Norte, y el dilema que sus deportistas afrontan.

Mark compite en la selección de hockey sobre hierba de Gran Bretaña y Paul en la de Irlanda. Nacieron en Antrim, en la provincia británica de Irlanda del Norte, también conocida como Úlster.

La provincia pertenece al Reino Unido, pero está en la isla de Irlanda, que fue británica hasta su independencia de facto en 1922. Sus deportistas pueden elegir competir para Irlanda o Gran Bretaña. Esa posibilidad hace que el equipo del Reino Unido en los Juegos se llame sólo de Gran Bretaña, la gran isla que agrupa a Inglaterra, Escocia y Gales.

Por ejemplo, su deportista más famoso, el golfista Rory McIllroy, había elegido competir con Irlanda en los Juegos hasta que decidió no acudir a Rio por temor al virus del Zika.

Mark tiene 31 años y representó a Irlanda 80 veces antes de pasarse a Gran Bretaña, que tiene una selección de hockey más fuerte, poco después de que los irlandeses no lograran clasificarse para los Juegos Olímpicos de Pekín-2008.

En cambio, Paul, que tiene 29 años, se mantuvo en el equipo irlandés y ha sido internacional en 156 ocasiones.

“Mucha gente piensa que es un poco extraño” que dos hermanos estén en selecciones diferentes, dijo Paul, que nunca se ha enfrentado a Mark en partido internacional y podría seguir sin hacerlo en Rio, porque están en grupos diferentes.

“Es algo en lo que casi nunca pensamos. Jugamos juntos en la escuela, en la universidad y en un club”, añadió el hermano menor, que fue foco de atención hace un año, cuando hizo pública su batalla contra la depresión para ayudar a otros deportistas.

El domingo, los partidos de ambos coincidieron -Irlanda-Holanda y Gran Bretaña-Nueva Zelanda-, en las dos canchas dedicadas al hockey en la ciudad olímpica de Deodoro.

“No sabía que estábamos jugando al mismo tiempo”, dijo Mark, el jugador irlandés.

– Un padre dividido que no tomaría partido -Su hermano Paul, el británico, dijo que clasificarse a cuartos y medirse a Gran Bretaña “sería muy especial”.

“Estamos muy concentrados en alcanzar la fase de eliminatorias. Si ambos equipos logran lo que desean, es probable entonces que juguemos el uno contra el otro. Y sería muy especial”, añadió.

A su hermano Mark, en cambio, no le apetece en absoluto. “No sería particularmente agradable, porque eso significaría que se rompería el sueño de uno de los dos. Pero si llega a ocurrir, ninguno de los dos tendremos contemplaciones”.

Huérfanos de madre desde que eran adolescentes, los Gleghorne tienen a su padre con el corazón partido.

“Nuestro padre es nuestro mayor hincha, pero está dividido y no creo que escogiera un equipo si nos enfrentáramos”, explicó Mark al Belfast Telegraph, añadiendo que la mayoría de sus amigos, en cambio, están a favor de que gane Paul, el hermano irlandés.

En general, la comunidad católica norirlandesa es favorable a que la provincia sea un día parte de Irlanda, mientras que la protestante es leal a Londres.

Sólo en los 30 años que precedieron a los Acuerdos de paz del Viernes Santo, en 1998, el enfrentamiento entre organizaciones armadas de ambas comunidades y con el ejército británico dejó más de 3.500 muertos.

Con AFP.

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