Sin embargo, el destino se confabuló para que así fuera, según le contó su hermano Miguel al programa Destino Confidencial, de ESPN.
A todos mis entrenamientos iban mis padres y por ende iba Mariana porque no había con quién más dejarla”
Fue allí cuando la pequeña niña se enamoró de ver saltar a los demás en sus bicicletas y empezó a ocurrir en su vida esta serie de hechos que la convencieron de que estaba hecha para llegar a lo más alto.
Se inscribió sola en su primera carrera a los 4 años
Durante uno de los entrenamientos de Miguel, por los altoparlantes de la pista anunciaron las inscripciones gratuitas para una carrera que se llevaría a cabo el siguiente domingo.
Al parecer, en un descuido de sus padres, Mariana fue a inscribirse y regresó con la noticia a donde ellos.
“Nos parecía imposible porque Maria era muy tímida… Fui a averiguar y efectivamente se había arrimado y dijo que quería correr”, señaló su madre, Claudia Londoño.
Mientras tanto, Carlos Mario Pajón indicó que “nunca quisimos que la niña se raspara, se fracturara, se llenara de cicatrices porque uno quiere una niña linda, peinadita, con moñitos”, pero ante la insistencia de su hija, no tuvo más remedio que apoyarla y comprar los implementos que necesitaba para correr.
El gran consejo de su padre
“Yo no conocía qué era un pódium, mi papá me enseñó y me montó a lo más alto. Me dijo: “ese es tu lugar, en lo que quieras hacer en la vida, tienes que ser la número uno”, contó Mariana en Destino Confidencial.
Carlos Mario Pajón le inculcó a su hija que siempre tenía que luchar por ser la primera, recortaba números 1 de donde fuera y los pegaba donde Mariana los pudiera ver.
Competir contra hombres
Cuando Mariana comenzó en el bicicrós no había mujeres, así que decidieron ponerla en la misma pista al lado de los hombres. “Yo llegaba de faldita, me cambiaba y competía como ellos”, recuerda la deportista antioqueña.
“Allá en la bicicleta se transformaba, de una muchachita tierna, muy tímida, y se volvía como un gladiador en la carrera”, recuerda su padre.
Jorge Wilson Jaramillo, uno de sus entrenadores, recuerda que a los niños contra los que corría los hacía rabiar porque les ganaba. Así que la represalia fue ser más duros contra ella y en ocasiones la hacían caer. Pero eso a Mariana nunca le importó:
Si yo competía contra hombres, después correr contra mujeres iba a ser mucho más fácil”
El accidente de su hermano
A sus 10 años, Mariana fue testigo directo de cómo terminó la vida deportiva de Miguel porque iba detrás de él.
“En esa época los cascos no eran ‘full face’ sino que tenían un protector, y ese protector se me enterró. Lo que hizo fue partir todo el maxilar superior, lo despicó”, recuerda el hermano de la ‘reina del BMX’.
Mariana dice que Miguel volteó a mirarla, y solo había sangre y dientes por todos lados.
“Él no pudo seguir montando pero yo creo que eso me enseñó que este es un deporte de riesgo. Me dije: “vamos a concentrarnos más y vamos a hacerlo también por él”, sentenció Pajón.
La caída que casi acaba con su carrera
Ocurrió cuando tenía 16 años y se dio a las puertas de un Mundial. La propia Mariana considera que este ha sido el reto más grande de su carrera, pues los médicos le advirtieron que luego de fracturarse la muñeca izquierda, el deporte había terminado para ella.
No vas a poder abrir nunca una puerta otra vez, no vas a poder servirte un vaso con agua, mucho menos vas a poder montarte a una bicicleta… pero yo sabía que eso me entraba por un oído y me salía por el otro, y yo ya quería volver a montar”, sentenció la campeona.
Vea aquí el documental completo de ESPN:
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