La joven fue coronada como reina de belleza en su natal Valle de Guadalupe, en 2016, e incluso hubiera podido llegar a ser Miss México.

No obstante, hace un mes, se internó en un convento de Cuernavaca para empezar su proyecto de vida como monja.

Así lo aseguró la Agencia Católica de Informaciones (ACI) a través de su sitio web, donde agregó que la exreina ingresó al noviciado de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento, y en una entrevista mostró su felicidad con la decisión que tomó.

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“Realmente no se sabe qué es la vida religiosa hasta que se está dentro. Hasta ahora he logrado ver desde otra perspectiva lo que es el mundo y lo que te ofrece. Yo era muy feliz con todo lo que tenía, pero no se compara con la felicidad que Dios coloca en mi corazón ahora”, dijo Esmeralda a ACI.

La agencia, además, señaló que la exreina había conocido a las misioneras clarisas desde hace cinco años, pero que no había tomado ese camino en el momento, pues, se tomó unos años para pensar su decisión y en ese tiempo hasta participó en varios desfiles.

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“En el proceso de ir descubriendo mi vocación también hubo miedo y dudas, pero el amor que Nuestro Señor iba mostrando cada día me hizo superar cualquier sentimiento de desánimo […] Los tiempos de Dios son perfectos. Durante este tiempo (de discernimiento) se me permitió vivir algunas experiencias como ser reina de belleza y otras más, que dejaron una huella para siempre y que me permitieron aprender mucho para lo que viene después […] Aunque me hubiera podido desarrollar en otro ámbito, siento que si el Señor me necesita entonces puedo dar fruto de una manera diferente”, puntualizó Esmeralda a ACI.

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