“Dios sabe lo que hicieron aquí… Ya hemos tenido apariciones fantasmales reportadas por mi ama de llaves. Un hombre de mantenimiento renunció luego de tener un encuentro”.

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La vivienda cuenta con un refugio antibombas, bóvedas para almacenar armamento y una estación de radar. Una vez el peligro de ataques japonenes en el océano Pacífico terminó, la base sirvió como estudio de grabación para producir material audiovisual educativo sobre posibles ataques nucleares, señala Evening Standard.

La propiedad es tan grande, que Leto no ha tenido tiempo suficiente para decorar todas las habitaciones, y, a pesar de las historias que cuentan sus empleados, dice sentirse a gusto con la propiedad: “Me siento en casa aquí. Es como un refugio. La casa está en la cima de esta montaña. Llega la brisa. Es difícil salir de aquí”.

 

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