Las dos situaciones las tuvo que vivir la polémica presentadora, famosa por su frase “qué pase el desgraciado”, en el 2016, que para ella fue el peor y, al tiempo, el mejor año de su vida.

“El año pasado fue el peor año de mi vida; sufrí muchas cosas. La primera la traición de alguien que para mí era como un hermano, que me robó absolutamente todo, alrededor de dos millones de dólares”, así comenzó Laura su relato, en el que contó todos los líos en los que la metió su asistente y hombre de confianza por 15 años, Fabián Ruales, y que solo descubrió cuando él falleció:

Yo le daba los cheques de todo porque era para mí una persona en la que yo confiaba ciegamente. Al yo no poder entrar a Estados Unidos por una orden política y toda esta injusticia que tuve que vivir en Perú, él manejaba todo. Mi hija era menor de edad, y la hizo firmar una cuenta que no existía. Se robó el dinero que yo le mandaba para pagos de impuestos y diferentes cosas. Usurpó mi nombre, se llamaba Fabián Bozzo. Abrió cuentas y empresas. Robó mi seguro social y el de mi hija. Se metió en créditos millonarios en los que yo ahora estoy involucrada, y yo me entero cuando muere, que es lo peor. Lo he perdido todo. Los bancos que están implicados en este lío no quieren darme ninguna documentación si yo no estoy ahí. Entonces, si yo no entro a Estados Unidos, estoy arruinada”.

Por este desastre financiero, del que aún no conoce el 100%, y las deudas que le quedaron del mismo, a la presentadora del programa ‘Laura en América’ le tocó vender hasta una casa que tenía en Miami y que estaba avaluada en unos tres millones de dólares, agregó el programa, donde luego la presentadora narró que hace unos tres meses estuvo a punto de morir en Perú, luego de una cirugía:

Mucha gente ya me había dicho: ‘Sácate la matriz, sácate la matriz, para evitar que te dé cáncer’. Entonces yo dije, me saco la matriz. Eso era todo. Yo tenía que estar dos días y venía a trabajar; punto. Cuando me despierto de la operación yo me doy cuenta que había algo raro; tenía el vientre muy hinchado. Viene una doctora muy joven y empieza a presionar la herida y ¡plump!, explosionó como un volcán la herida con toda la infección que había dentro. Me tienen que operar de emergencia. Fue horrible, horrible. Yo decía, me voy a morir, no puede ser. No, no. Y todavía me vengo a morir acá, no; yo me quiero regresar”.

Después de esas dos operaciones que la mantuvieron con una herida abierta durante casi 90 días, Laura logró salvar su vida, pero aún no se encuentra bien de salud y debe someterse a otra cirugía, agregó Hoy, donde la polémica presentadora puntualizó:

Si bien ha sido un año horrible, yo quiero cerrar esta entrevista diciendo que, al final, [2016] fue un año maravilloso porque Dios me volvió a dar la vida, porque he vuelto a renacer. Aprendan a valorar la vida, porque nada existe que sea más hermosos que vivir y honrar la vida”.

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