Tras este triste episodio me he puesto a reflexionar mucho, me di cuenta de que la vida es muy frágil y en cualquier minuto se puede desvanecer”, comentó un afligido Fernández después de salir de la cirugía.

Agradezco a la vida por permitirme estar un día más con mi familia y, por supuesto, estoy feliz de tener a mi público querido. Hoy sé que tengo muchas razones por las cuales seguir luchando, así que seguiré recuperándome; habrá mucho Alejandro para rato”, agregó el cantante.

El intérprete, hijo del emblemático Vicente Fernández, dio las gracias a sus seguidores por su apoyo y lamentó que tuviera que posponer varios conciertos, si bien todavía tiene programados unos diez para finales de año entre México, Estados Unidos y España.

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A pesar del mal trago, dijo que sus perros son sus “mayores tesoros, como de la familia”, y añadió que la mordida de Kush “fue un accidente desatado por un juego”.

Fernández fue mordido en la pantorrilla izquierda y en un principio aplicó cuidados locales a la herida, pero estos no funcionaron, de acuerdo con el comunicado de Star Productions.

Cuando se encontraba en el balneario de Puerto Vallarta, en el noroccidental estado de Jalisco, los “malestares siguieron” y el artista, conocido como “el Potrillo”, ingresó al hospital para una valoración.

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Alejandro Fernández

Esta “corroboró la gravedad de la herida, por lo que Alejandro tuvo que ser trasladado a Guadalajara para ser hospitalizado de manera inmediata y así entrar a cirugía”, continuó el escrito.

Dada la gravedad de la herida, de seis centímetros de profundidad, se le diagnosticó gangrena gaseosa.

“Esta se complicó pudiéndose convertir en una septicemia, que es una complicación en el organismo debido a la existencia de un foco de infección, la cual pasa gérmenes patógenos a la sangre”, detalló la compañía, que agrega que el incidente pudo tener “consecuencias mortales”.

El 30 de mayo, añadió, se tomaron nuevos exámenes de laboratorio y se vio una evolución satisfactoria.

Alejandro Fernández

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