“¿Usted decidió no ser testigo en el caso?”, le preguntó el juez Steven O’Neill el lunes, al comenzar la segunda semana del juicio en Norristown, Pensilvania (este). “Sí”, respondió Cosby, de 79 años.

“¿No testificar es su decisión?”, insistió el magistrado. “Sí”, declaró el acusado bajo la mirada de su esposa, presente por primera vez en la corte.

En los juicios penales en Estados Unidos, el acusado tiene la opción de ser testigo o no durante su proceso, y la fiscalía debe aceptar su posición. Muchas veces los acusados prefieren no atestiguar.

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Cosby es acusado de agredir sexualmente a una exdirectora de operaciones de un equipo femenino de básquetbol de la Universidad Temple, la canadiense Andrea Constand, hace 13 años en su mansión de las afueras de Filadelfia (este).

Cosby admite los hechos ocurridos en 2004 pero asegura que la relación fue consensuada.

Interrogado por el juez, el principal abogado de Cosby, Brian McMonagle, indicó que la defensa había pedido citar solamente a dos testigos.

El magistrado decidió descartar a uno de ellos, Marguerite Jackson, y aceptar solo a Richard Schaeffer, uno de los policías que recibió la denuncia de Constand.

El testigo se presentó inmediatamente y solo fue interrogado durante unos pocos minutos. Tras su partida comenzaron los alegatos.

Constand, de 44 años, entró entonces en la sala acompañada de su madre, y se sentó en los bancos del público para escuchar los argumentos de ambos campos.

Con AFP

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