El 11 de febrero, el bogotano salió de su casa con la idea de no volver. Su desaparición se volvió noticia y hasta tendencia en las redes sociales, donde amigos y familiares pedían ayuda para encontrarlo.

No me quiero matar… aunque sí he deseado muchas veces que todo cese. Porque eso quise: irme definitivamente”, escribió para la publicación.

Los motivos que le hicieron tomar la decisión: una depresión extrema que se sumó a varias deudas y a una sensación de impotencia ante el futuro, pues tenía una familia recién formada y una mamá de la que se sentía incapaz de cuidar.

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Me quedó grande la vida después de los 46″, confesó.

Sumido en medio de a desesperación y después de tres noches de no poder conciliar el sueño, Gonzalo tomó la decisión de irse para nunca volver.

De esta manera, el comediante salió rumbo a su destino, con el deseo de morir y la necesidad de no ser identificado por algún conocido, según cuenta.

El sitio elegido fue un barranco en el Parque Nacional que quedaba justo debajo de mi lugar favorito para practicar meditación. Cada vez que accidentalmente dejaba caer cosas en su fondo, pensaba: ‘Este sería un buen lugar para morir'”, relató Gonzalo.

En la entrevista que ofreció al programa ‘Mi banda sonora’ del Caracol Radio, Gonzalo afirmó que su idea allí era “matarse de hambre, inanición, hipotermia o alguien que lo cogiera a chuzo por ahí porque no podía aguantar más. Me quería matar básicamente. Pero como no me le puedo tirar al bus, ni pegarme el tiro y me da como culillo el suicidio profesional, dije voy a hacerlo en cámara lenta a matarme”.

Ya estando allí ubico el lugar más cómodo para sentarse y esperar el fin. Durante el tiempo que pasó allí, dice que recordó su niñez, una época ‘llena de lluvia, mugre y lágrimas”. Además, hubo tiempo para cantar en voz baja algunas canciones de Pink Floyd y la canción ‘Bohemian Rhapsody’ de Queen.

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En la segunda noche el frío ya se había penetrado en sus huesos y empezó a pensar en todas las cosas que se perdería de su hijo.

La tercera y última noche estuvo acompañada de lluvia, esa sería su mayor prueba. Sin embargo, fue esa madrugada cuando el canto de los gallos le dio un mensaje claro.

¡Bienvenido a tu segunda oportunidad! Este abismo que te envuelve es menos terrible de lo que piensas. Vale la pena volver. Aquí tienes tus 10 gramos de coraje para que vuelvas a tomar el toro por los cachos, comediante de la noche”, dijo su voz interior.

 

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