Su obra sobresale porque “incluye el café en su paleta, por medio de una técnica de dilución y, en lugar del pigmento sepia tradicional, logra las típicas tonalidades nostálgicas de su intención evocadora”, señala un boletín de prensa de la Fundación Enrique Grau Araújo.

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Todas mis obras tienen un toque de café, que de alguna manera es un elemento que siento que me conecta con mis raíces a pesar de vivir fuera del país hace tantos años. Muchos de los cuadros huelen a café. Este les da un toque de nostalgia y un aroma que me regresa a mi país en un instante, sin importar en qué lugar del mundo me encuentre”.

Haber estudiado y trabajado en varios lugares del mundo la ha llevado a expresar a través del arte el sincretismo de las culturas con las que ha convivido y que son su motor vital. Al lienzo y pincel les suma la arquitectura y la fotografía, que tienen un papel importante a lo largo de toda su obra.

Encontré mi voz artística mediante la combinación de la fotografía personal y las habilidades en la pintura para expresar un sentido de lugar yuxtapuesto con misterio… Como una gran viajera del mundo, mis fotografías y pinturas reúnen aspectos de lugares que otros quizás nunca puedan experimentar”.

La exposición estará abierta del 2 al 9 de mayo en la Fundación Enrique Grau, en la calle 94 # 7-48, en Bogotá.

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