¿Comparado con quién?

Con Andrés Orozco Estrada, quien visita a Colombia luego de dirigir la Orquesta Filarmónica de Berlín; y “la hermosa chelista colombiana Laura María Ospina, que se presentó como solista con la orquesta sinfónica de Arlington”.

Ambos músicos clásicos, se queja el autor, Isidro Santos Gutiérrez, fueron ‘ninguniados’ por los medios y por el 98 % de los colombianos.

“Que era muy joven, es innegable, pero que haya sido una promesa de algo distinto a vender más discos y acompañar parrandas de distinguidas familias costeñas, hacer barullos de sala mientras se plancha y se lava la loza o cuitar desamores en tiendas de barrio, discotecas o lupanares, no lo creo”, dice Gutiérrez en Las2orillas.

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Luego de las comparaciones con lo clásico el autor pasa a las comparaciones, en especial, con talentosos músicos angloparlantes.

Que a su edad “Bob Dylan ya había compuesto el inmortal álbum ‘Blow’in the wind’”; que “Paul Simon con tan solo 23 años compuso el archí reconocido ‘The sound of silence’ sintiendo la muerte de J. F. Kennedy”; que es “es apenas normal que a esa edad o antes se hayan escrito los más célebres versos de la literatura universal”.

¿Qué diferenciaba a Martín Elías de Bob Dylan y Paul Simon? “Que ellos leían, estudiaban, devoraban versos de Dylan Thomas, W. B. Yeats, Rimbaud o Baudelaire, Shakespeare, Ezra Pound o François Villon y sentían la necesidad de plasmar un momento histórico en sus canciones”.

“En cambio, nuestro héroe musical escribe quién te crees tú’, ‘cancelada de mi vida’,’problema tuyo’, ‘esa brincadera tuya’ etc.”, agrega.

Para el crítico musical, Martín Elías ni siquiera puede mencionarse en la misma frase con músicos colombianos como Luis Antonio Calvo o Pedro Morales Pino, que murieron en deplorables condiciones y, literalmente, en el olvido.

Casi como remate de su demoledora crítica, el crítico pregunta: ¿a qué se debe la insaciable adicción a la mediocridad de este país?

Afirmaciones de Santos Gutiérrez ameritan respuestas extensas, pero sí se pueden formular otras preguntas para comenzar la discusión: ¿hay un menosprecio por lo popular? ¿Se podría cambiar el personaje de la columna (Martín Elías) por otros exitosos músicos colombianos, como Carlos Vives, Maluma, Andrés Cepeda, Shakira… y las conclusiones hubieran sido las mismas? ¿Qué mérito le concede el autor a la “identificación directa entre un pueblo y sus músicos” (usando sus propias palabras), uno de cuyos ejemplos era Martín Elías?

La discusión está abierta.

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