Fue inaugurado en 1977 en París, exactamente hace 40 años, siguiendo los deseos del expresidente Georges Pompidou (1969-1974) de “erigir un centro cultural que reúna, a la vez, un museo y un lugar de creación en el que las artes plásticas se mezclen con la música, el cine y los libros”, indicó El País.

Lastimosamente, Pompidou nunca pudo ver su sueño hecho realidad, pues murió tres años antes de que iniciara la construcción del edificio. Tampoco imaginó que su idea se pudiera expandir hacia otros países y continentes.

Uno de los retos del Pompidou es exportar la marca y abrir varias sucursales fuera de Francia, una de ellas posiblemente en Latinoamérica, indicó Serge Lasvignes, actual presidente del Centro Pompidou. “Me interesa mucho Colombia. Es un país prometedor y con muchos recursos, donde los colectivos de artistas han contribuido a pacificar la vida social”, explicó.

Antes de llegar a Latinoamérica, el Pompidou inaugurará una sede en Bruselas, en 2018, y si todo sale como se espera, abrirá sus puertas en Shanghái próximamente.

El centro ya tiene una sede en Metz, ciudad del noreste de Francia, visitada por quienes viven lejos de la capital.

El Pompidou atesora más de 200.000 obras y tiene una de las colecciones de arte moderno y contemporáneo más grande de Europa y del mundo.

El edificio es obra de los arquitectos Renzo Piano y Richard Rogers, que con su diseño innovador y de estilo industrialista, lleno de conductos y escaleras, fueron elegidos entre otros 681 proyectos, para dar vida al sueño de Pompidou.

Al comienzo, la edificación causó polémica y muchos los acusaron de destruir París, por romper con la arquitectura tradicional que caracteriza la ciudad. Hoy en día es un lugar simbólico y representativo, donde se reúnen todas las clases sociales.

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