Según el artista, ese estilo es “romántico y divertido”, y este álbum contiene la “mejor” canción que ha escrito.

Las nueve canciones de su tercer trabajo han estado envueltas en un gran secretismo durante los dos años de su composición, lo que ha aumentado aún más el interés por uno de los compactos más esperados de 2016.

En este álbum el artista echa la vista atrás a su juventud e intenta revivir la felicidad que sintió al bailar con las chicas de su clase en el festejo de San Valentín de su escuela en Hawái.

“Cuando era pequeño, tenías que saber bailar. Si no sabías bailar, las chicas no te miraban”, relató a Efe el intérprete de 31 años con cierta melancolía.

Mars defendió que “esa música de los 90” es algo que está en su sangre y que con este “álbum romántico y divertido” quería “capturar ese espíritu”.

“En cada disco quiero dar algo distinto, algo nuevo. No quiero que nadie diga: ‘echo de menos al Bruno Mars antiguo'”, dijo el cantautor, y explicó que para mantenerse “emocionado haciendo música” necesita “encontrar nuevos caminos”.

El músico dejó el listón muy alto con su última canción, ‘Uptown funk’ (2014), una colaboración con el productor británico Mark Ronson, tema que tuvo una enorme repercusión internacional y que logró la certificación de diamante, al alcanzar los 10 millones de copias vendidas este octubre.

El hawaiano subrayó que se planteó este nuevo proyecto como si estuviese haciendo “una película” en la que él quería “dirigir, ser la estrella y editar”, para así mantener un enfoque y seguir con la misma línea.

“Yo amo la música, por lo que quiero hacer de todo, quiero hacer una canción country, quiero hacer canciones funk, quiero hacer reggae… Pero me dije: ‘No, solo quédate aquí (en este estilo) porque esto tiene que ser una película'”, comentó el también productor con una encantadora y perfecta sonrisa.

Este “filme” estaría catalogado como romántico, se desarrollaría en alguna ciudad de los Estados Unidos en los años 90 y relataría la historia de un chico, muy popular y ligón, que se enamora locamente.

“El principio de esta película es saliendo de un jet en Las Vegas cubierto de Versace y oro”, desmenuzó Mars haciendo referencia a ‘24K Magic’, videoclip que el artista publicó el 6 de octubre, dos días antes de su cumpleaños.

Un trabajo que ya cuenta con más de 100 millones de visualizaciones en Youtube y es un claro guiño a ‘La Dolce Vita’, pero el creador, en vez de meterse en la Fontana de Trevi, sale navegando en un jet ski por la fuente del casino de Bellagio en las Vegas.

El espíritu de fiesta, derroche, “champán de fresa” y sexo continúa en la primera parte del disco, pero a partir de la canción número cinco, ‘Versace On The Floor’, el ritmo se ralentiza y las letras de las canciones se vuelven más amorosas.

“Abro con mi banda y cierro con mi canción favorita, la mejor que he escrito”, refiriéndose al tema ‘Too Good To Say Goodbye’, bajo una gorra que en la que ponía XXIV k, en alusión al título del disco.

Todo el álbum tiene un toque retro e incluso critica a la sociedad actual con letras como: “Deja tu móvil a un lado, olvídate de tu Instagram y fotos”.

“Yo, personalmente, si me lo estoy pasando bien mi teléfono está roto en alguna parte y quiero estar en ese momento”, afirmó el estadounidense.

Mars mencionó que uno de sus mejores recuerdos fue la primera vez que vio a Prince, “no tenía un teléfono o una cámara, no tenía Instagram o Twitter y nunca lo olvidaré… Eso era para mí”.

Prince, y en particular la película musical ‘Purple Rain’ (1984), es una de las influencias de este álbum, así como: Boyz II Men, New Edition o Babyface.

En este último trabajo también deja entrever sus raíces latinas, que vienen a través de su padre, Peter Hernandez, de origen puertorriqueño.

“Él es quien me dio el sentido del ritmo y tempo”, declaró el cantante que empezó su carrera a los cuatro años como imitador de Elvis Presley.

Mientras que Beyoncé, artista con la que hizo vibrar a medio Estados Unidos durante el intermedio de la Super Bowl de este año, es la cantante, en vida, que más idolatra en este momento.

En la actualidad, Mars aparece cubierto de joyas de oro, tiene una mansión valorada en 6.5 millones de dólares y cuatro premios Grammy, pero tuvo que llamar varias veces a la puerta del éxito, hasta que esta se abrió en 2010 con la canción ‘Just the Way You Are’.

“Es el mundo real”, dijo el artista al revivir aquellos días, donde tuvo que dormir en la parte trasera de una limusina tras el divorcio de sus padres en Hawái o en los sofás de sus amigos y familiares tras mudarse a Los Ángeles.

“Necesitaba encontrar mi camino y he convertido todo lo que he aprendido en mi arte”, reflexionó Mars.

“No puedo sentarme aquí y decir que fue terrible, porque sin esas experiencias no sería la persona que soy ahora”, remató el artista.

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