El portal The Verge le da una buena calificación al concierto que Guns ‘N’ Roses ofreció durante el festival de Coachella, Estados Unidos, en abril, y que marcaba la reunión del vocalista Axl Rose y el guitarrista Slash, separados hace dos décadas.

“(…) es solo la cuarta vez en Axl ha presentado con Slash o Duff desde 1993, y se nota. Tal vez sea solo el trono, pero Axl y Slash difícilmente interactúan –escasamente se miran entre sí. La edad puede haber cambiado su apariencia, pero el talento está intacto. Slash no solo es uno de los mejores guitarristas vivos, sino uno de los más grandes de todos los tiempos. Las tomas de cerca de sus solos de guitarra en las pantallas de video eran un respiro comparados con los gráficos francamente cursis que acompañaron muchas canciones…”, reza el artículo.

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Pero esta no es la banda de 1993, y no solo porque Steven Adler e Izzy Stradlin no están allí. La voz de Axl ha perdido algunas notas altas. Toda cosa que se pone en su cuerpo –cigarrillo, alcohol, drogas, alimentos – afecta la voz, tal como el proceso de envejecimiento normal y la salud física general.

Las cuerdas vocales típicamente se ponen rígidas con la edad, y se requiere más presión de aire para hacerlas vibrar. Axl ha vivido intensamente. Incluso si él estuviera limpio ahora, incluso si no consumiera lácteos (que afecta la producción de moco, alterando la voz), y siguiera un estricto régimen vocal, él tendría que vivir con el daño que se provocó en los años 80.

Los músculos requeridos para producir aquel grito de ‘Welcome to the Jungle’ son más finos que aquellos que Slash necesita para desgarrar con el sonido, o que Duff necesita para impulsar la banda. Algunas de esas notas agudas pueden no regresar nunca.

Eso no hace la presentación de Axl menos magnífica. Él sostiene las notas mucho más allá de la capacidad de respiración de la multitud, solo para mostrarnos que puede. Medirlo contra los estándares de su voz de hace 20 años es cruel –él está siendo castigado por exactamente lo que lo hizo emocionante, en primer lugar: su autenticidad”.

No obstante, no todas las reseñas son favorables o indulgentes con el grupo de veteranos del rock, como esta publicada por el portal The Daily Beast, que prácticamente destroza la presentación de Guns ‘N’ Roses, sobre todo por el lado de su líder vocal Axl Rose.

El artículo comienza por darle palo al cantante por su apariencia gorda y descuidada: “Un hombre que lleva una vida entera sin hacer ejercicio cardiovascular, mucha rumba y cirugías plásticas desafortunadas”, dice.

También destaca el hecho de que Axl hubiera cantado sentado todo el tiempo, pues tenía un yeso en su pierna izquierda. Lo comparó con un rey inmóvil sentado en el trono de hierro de Game of Thrones.

“El pobre público”, dice la nota, “en lugar de un Axl vital y sexy, se quedó con una sesión de historia, con una estrella del rock irreconocible que sudaba profusamente en su silla, como si estuviera soportando una deposición particularmente dolorosa”.

Otra perla: “Desde su trono, el cantante intentó hacer la pantomima de canciones famosas, como ‘Welcome to the Jungle’, ‘Paradise City’ y ‘Mr. Brownstone’”, y el palo continúa: “Quedaba pidiendo aire más veces de lo que podía exhibir su otrora impresionante voz de tenor”.

Eso sí, el autor de la reseña destaca el momento en que salta al escenario el guitarrista de la banda AC/DC, quien es conocido por disfrazarse con traje de escolar.

Finalmente, el escritor resume la noche de concierto como una “sesión de karaoke de esas en las cuales uno hubiera preferido no participar”.

No obstante, una descripción del concierto por parte de The Guardian reseña el clímax de la noche: “La canción ‘You could be mine’ evocó la escena de la película Terminator 2, que muestra una persecución en moto por los canales de agua de Los Ángeles”.

A los puntos altos del concierto se agrega el del ‘cover’ de Slash del tema de la película ‘El Padrino’ y la histeria del público cuando sonó ‘Sweet Child O’ Mine’.

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