Al realizar un análisis sobre los resultados del plebiscito el domingo pasado, aseguró que los sectores que más se beneficiarían con la firma del acuerdo, y que ahora resultarán afectados, son aquellos que hasta ahora tenían problemas de seguridad como el turismo, la minería y la agricultura.

“Colombia debe realizar, además, grandes inversiones en infraestructura, transporte y energía. Las medidas acompañantes de la paz iban a suponer también para la economía una gigantesca inyección coyuntural de unos 3.000 millones de dólares por año, durante 10 años. La cifra supone nada menos que, aproximadamente, el 10 % del PIB; todo eso ha quedado, por lo menos, en suspenso”, asegura Kummets en DW.

También se refirió al 2 % de crecimiento anual que estimó el Gobierno que traería la puesta en marcha del acuerdo final. Incluso, economistas aseguraban que iba a ser del 3 %, entre otras cosas, porque se estimaba que la paz sería un argumento para generar una economía estable en el país.

Colombia también se perdió del apoyo financiero que prometieron el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento (CAF), agregó el economista. Sin embargo, dice, la paz aún no está perdida.

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